Latest Posts:

Mostrando las entradas con la etiqueta einstein. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta einstein. Mostrar todas las entradas

18 de junio de 2019

El mensaje que Albert Einstein envió a la Universidad de San Marcos (Perú)

“Vuestra acción muestra que la más antigua institución americana de alta enseñanza ha preservado el carácter supranacional de la Universidad”, dice parte de la carta escrita en 1951.

Albert Einstein, envió un mensaje a San Marco en mayo de 1951, por los 400 años de fundación de la universidad y luego que esta le otorgara el doctorado Honoris Causa. Aquí reproducimos el mensaje:
“Constituye un gran placer para mí el dar a mis colegas de la Universidad de San Marcos las sentidas gracias por la distinción que me ha otorgado. Vuestra acción muestra que la más antigua institución americana de alta enseñanza ha preservado el carácter supranacional de la Universidad. Ahora más que nunca tenemos razones para apreciar este espíritu. La institución de la universidad se basa en el ideal de universalidad del dominio de la investigación, esforzándose por obtener verdades libres de propósitos, intenciones o prejuicios extraños; esforzándose por lograr universalidad de espíritu sin restricciones por motivos nacionales o políticos, de otra clase. En resumen, lo que interesa es esforzarse por la universalidad de la mente y el espíritu. No es un secreto que hemos obtenido mucho más éxito en el desarrollo de la mente que en el desarrollo de la personalidad. Al parecer, incluso la búsqueda del conocimiento es amenazada por la falta de personas de espíritu verdaderamente universal. Si las universidades se mantienen fieles a su misión fundamental, pueden contribuir significativamente a la solución de las crisis que nos amenazan hoy”.
Tomado de: Publimetro

10 de abril de 2019

La primera imagen de un agujero negro prueba (una vez más) que Albert Einstein tenía razón

Astrofísicos de todo el mundo dieron a conocer la primera imagen real de un agujero negro de la historia. Con ello, se obtiene la primera prueba directa de su existencia, predicha hace un siglo por Albert Einstein.


Hasta ahora se trataba de uno de los más enigmáticos objetos cósmicos, e incluso el propio físico alemán ponía en duda su existencia pese a que teóricamente existían.

La primera imagen de un agujero negro constituye "la prueba más directa" jamás obtenida de la "existencia" de estos cuerpos celestes, explica el astrónomo Frédéric Gueth, director adjunto del Instituto de Radioastronomía Milimétrica de Europa, que participó en el proyecto. Según la ley de la relatividad general publicada en 1915 por Albert Einstein, que permite explicar su funcionamiento, la atracción gravitacional de estos "monstruos" cósmicos es tal que no se les escapa nada:  

Son objetos que poseen una masa extremadamente importante en un volumen muy pequeño. Como si la Tierra estuviera comprimida en un dedal o el sol únicamente midiera 6 km de diámetro, explicó recientemente a la AFP Guy Perrin, astrónomo del Observatorio de París-PSL.

La fuerza de gravedad que emana del agujero negro es tan fenomenal que no se ha logrado recrear en laboratorio.

Pero sabemos que existen de dos tipos:

Los agujeros negros estelares, que se forman al final del ciclo de vida de una estrella y que son extremadamente pequeños: tratar de observar los más cercanos equivaldría a buscar distinguir una célula humana en la luna.

Los segundos, los agujeros negros supermasivos, se hallan en el centro de las galaxias y su masa está comprendida entre un millón y miles de millones de veces la del sol.

Los agujeros negros empezaron a crearse muy temprano en el universo, junto a las galaxias, por lo que "engordan" desde hace 10.000 millones de años. Pero su formación sigue siendo un misterio.

El agujero negro del que ahora se tiene una imagen, es uno de los más masivos de los que se conocen, con una masa 6.000 millones de veces superior a la del sol. Está situado a 50 millones de años luz de la Tierra, en el centro de la galaxia M87.

 

26 de marzo de 2019

G, el diminuto número sin el que la vida no existiría

Es un número que Newton descubrió, Cavendish valoró y Einstein entendió. 
 
6,67 x 10-¹¹ o 0,000000000067 es un número diminuto pero sin él, la vida, el Universo y todo simplemente no existiría. 

Eso es porque ese número dicta la fuerza de gravedad, esa atracción constante que toda materia ejerce sobre el resto de materia, que es sorprendentemente ubicua pero también increíblemente débil. 

Su potencia se cuantifica con la llamada constante gravitacional, un número conocido sencillamente como G

Y si quieres experimentar su debilidad sólo tienes que levantar los brazos horizontalmente.

Toda la fuerza de la masa de la Tierra hala tus brazos hacia abajo. No obstante, no te cuesta mucho esfuerzo vencerla. 

O piensa en esto.

Piensa que un pequeño imán puede pegarse a la puerta de tu nevera y hasta sostener otras cosas mientras que resiste la fuerza de la gravedad con sólo la del magnetismo.

Sin palabras

Fue debido a su extremada pequeñez que, tras descubrir la Ley de Gravitación Universal, Isaac Newton incluyó G en su ecuación pero no lo pudo calcular. 

Pero un siglo más tarde, un inglés llamado Henry Cavendish se planteó el reto de determinar el valor de G y, por ende, la fuerza de la gravedad. 

Cavendish era un hombre adinerado del Londres del siglo XVIII, un poco excéntrico y quizás triste, pues no tenía muchos amigos. 

No hablaba casi con nadie, ni siquiera con las doncellas que trabajaban en su casa, pues su timidez le impedía hablar con mujeres. Les tenía que dejar mensajes en la mesa del hall para comunicarles cosas como qué le apetecía almorzar.

Así que dedicó toda su vida a la ciencia, sin que ningún otro interés lo distrajera. 

Para encontrar el valor exacto de G, construyó un aparato.

"El aparato es muy simple. Consiste de un brazo de madera de 6 pies de longitud hecho de manera que sea fuerte pero liviano. El brazo está suspendido en posición horizontal con un delgado cable de seda de 40 pulgadas, y de cada extremo cuelga una esfera de plomo de unas dos pulgadas de diámetro.

"Todo está encerrado en una caja de madera, para defenderlo del viento". 


Cerca de las dos bolas que Cavendish menciona, puso otras dos esferas estacionarias, para que hubiera una atracción que retorciera el aparato y la fibra de seda. Añadió un espejo de manera que el movimiento se reflejara en la pared, para verlo mejor.

Esa desviación era proporcional a la fuerza de la atracción gravitacional entre las bolas grandes estacionarias y las pequeñas. 

El problema es que estas últimas se podían mover con cualquier vibración, algo que Cavendish tuvo en cuenta.

"Resuelto a prevenir errores, decidí poner el aparato en una habitación que permaneciera constantemente cerrada y observarlo desde afuera con un telescopio". 

Con todo ese cuidado, encontró la respuesta... ese diminuto número con el que empezamos:

G = 6,67 x 10-¹¹ Nm²/kg²

Al verlo escrito así, a quienes no somos expertos, ya no nos parece tan sencillo, así que le preguntamos al astrofísico y escritor de ciencia Marcus Chown cómo se define G.

"Su definición exacta es la fuerza gravitacional entre dos masas de 2 kilogramos que están a un metro de distancia". 

"Como es una fuerza tan fantásticamente pequeña sólo tiene un efecto apreciable a escala planetaria: cuando la masa es grande".

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

8 de enero de 2019

La música es color... y matemática

EL GRAN AMOR de Albert Einstein se llamaba Lina y era un violín. Físico e instrumento (el instrumento que históricamente ha acompañado a judíos errantes por su facilidad para ser transportado) vivieron una historia apasionada. No salía de casa sin él. Según Elsa Einstein, su prima y su segunda esposa, la música le ayudaba a pensar sus teorías. “La vida sin tocar me es inconcebible. Vivo mis ensoñaciones en mi música. Veo mi vida en términos musicales… Y obtengo alegría de vivir gracias a la música”, declaró. No por casualidad sus biógrafos coinciden en señalar que las composiciones de Bach y Mozart tienen la misma claridad, simplicidad y perfección arquitectónica que él anhelaba para sus teorías.


No fue Einstein el único enamorado de los números que halló inspiración y consuelo en la música. Ígor Stravinski sostenía que “la forma musical se parece a las relaciones matemáticas”. Ambas disciplinas comparten terminología: “armónico”, “raíz”, “serie”… El estrecho víncu­lo entre ellas ha sido analizado por el experto Eli Maor en el ensayo La música y los números (Turner). Desde Pitágoras, que investigó las vibraciones de los objetos que emitían sonidos y estableció la octava como intervalo musical fundamental, hasta Arnold Schönberg, hijo de aquella Viena luminosa del fin de siècle en la que todo sucedió, y paradigma de la relación entre números y música, pues fue el inventor del dodecafonismo. Fue contemporáneo de Einstein, con quien tuvo coincidencias vitales: ambos judíos, hijos de madres que sabían tocar el piano, exiliados en Estados Unidos huyendo del nazismo, de donde nunca volverían a Europa…, Schönberg estaba convencido de que este nuevo sistema de composición de 12 tonos que se relacionan entre sí acabaría con la que consideraba “filistea” y “sentimental” tonalidad imperante. Y aunque no lo consiguió, descubrió un cosmos sonoro sin jerarquías que hizo evolucionar a la música y abrió nuevos caminos. Tuvo la suerte de contar con dos seguidores igualmente extraordinarios: Anton ­Webern y Alban Berg.

Pero no solo de números vive el músico, también puede hacerlo de los colores. Para hablar de ello es obligado recordar al ruso Alek­sandr Scriabin, que padecía “sinestesia” y oía los colores con tanta nitidez que asoció cada tono con un color y creó un sistema musical con ellos. Y a Olivier Messiaen, figura determinante de la cultura francesa del siglo XX, cuya vida ha sido novelada por Mario Cuenca Sandoval en El don de la fiebre (Seix Barral). Este “Mozart francés” veía y leía colores en todos los sonidos del mundo a través de su oído absoluto. Siendo niño, entró junto a su padre en la Sainte-Chapelle de París y en el incendio de luz de las vidrieras sintió que podía escuchar los colores como si fueran acordes. Ornitólogo (para él los pájaros eran los grandes compositores de la creación cuyas líneas melódicas le recordaban al canto gregoriano), católico, místico y al mismo tiempo vanguardista con sus arcoíris de acordes que “abrían los cielos y derrumbaban la casa”, como apuntó el compositor Virgil Thomson, Messiaen se apoyó en la música para salvarse de la barbarie del siglo. Luchó en la Segunda Guerra Mundial. En 1940, en la batalla de Francia, cayó preso. En la cárcel compuso su crudo Cuarteto para el fin de los tiempos. Lo estrenó en el invierno de 1941 entre presos como él y vigilantes armados. La música, inseparable de la vida, extendiendo su fuerza como un hilo de color, en el centro de un campo de concentración.

25 de junio de 2018

La teoría de la relatividad general de Einstein acaba de probarse con enorme éxito en una galaxia


Sería difícil exagerar cuán resiliente es la teoría de la relatividad general. En su historia de más de cien años ha logrado predecir cosas mucho más allá de la capacidad para realizar experimentos de la década de 1910, y sigue aguantando cada nueva prueba que los científicos le arrojan.

Esta vez, un grupo de investigadores le dio la vuelta a un experimento típico. A menudo, los científicos miran cuánto dobla un objeto el tejido del espacio en sí para determinar su masa. Un nuevo experimento invierte esa idea, utilizando una masa ya calculada para ver si las predicciones de la relatividad general se mantienen. Spoiler: se mantienen. Pero, curiosamente, el hallazgo podría meter en problemas a los físicos que esperaban resolver otros misterios del universo.

Que la masa puede deformar la forma del espacio en sí es una parte fundamental de la relatividad general. Los científicos lo han observado repetidas veces al estudiar cómo los objetos pesados ​​en el espacio, como los cúmulos de galaxias, deforman la luz que pasa a su alrededor. Detectaron esto por primera vez durante un eclipse solar de 1919, en el cual el sol eclipsado parecía haber cambiado ligeramente la posición de la estrella del fondo, y continúan detectando el fenómeno a día de hoy. Ahora saben que los objetos pesados ​​pueden deformar tanto la luz que las estrellas y galaxias que están más al fondo aparecen como un anillo en el cielo.

El artículo completo:

Gizmodo

8 de enero de 2018

Cómo aprender más rápido, según Elon Musk, Einstein y Feynman

Cómo aprender rápido y crear reglas generales realmente útiles son francamente cuestiones difíciles de responder. Sin embargo, quizá podamos aprender algo de algunos genios.

Figuras como Albert Einstein, su colega Premio Nobel de Física Richard Feynman, y el súper empresario Elon Musk han ofrecido consejos prácticos que cualquiera puede usar para acelerar su aprendizaje en cualquier tema de su elección.



Einstein

Según Einstein, los grandes saltos mentales y la diversión van de la mano, y cuanto más puedas disfrutar aprendiendo, más rápido acumularás información en tu cerebro y lograrás avances.

En 1915, escribió el siguiente consejo para su hijo de 11 años, que intentaba dominar el piano:

Estoy muy contento de que encuentres satisfactorio tocar el piano... así que toca el piano, incluso si el maestro no te lo pide. Esa es la forma de aprender más: cuando estás haciendo algo con tanto placer que no te das cuenta de que el tiempo pasa. A veces estoy tan envuelto en mi trabajo que me olvido de la comida del mediodía.

Feynman

El legendario físico Richard Feynman ganó el Premio Nobel por su trabajo en uno de los temas que resulta más difícil para la mente humana, la mecánica cuántica. Pero su principal consejo para acelerar el aprendizaje es hacer que todo lo que estés estudiando se pueda reducir hasta que sea simple. Tan simple, de hecho, que podría explicarse a un niño de ocho años.

Cuando escribe una idea de principio a fin en un lenguaje sencillo (consejo: usar solo las palabras comunes), se obliga a comprender el concepto a un nivel más profundo y simplifica las relaciones y conexiones entre las ideas.

Musk

Elon Musk ha demostrado dominar diversas áreas de conocimientos y, sobre todo, descubrir cuáles de ellas podrían tener una oportunidad de desarrollo y de negocio. ¿Cómo aprendió tanto sobre tantos campos diferentes? Cuando alguien en Reddit AMA (Ask Me Anything) planteaba esa pregunta, Musk respondió:

La mayoría de las personas puede aprender mucho más de lo que cree (...) Es importante ver el conocimiento como una especie de árbol semántico: asegúrese de comprender los principios fundamentales, es decir, el tronco y las ramas grandes, antes de entrar en las hojas / detalles.

Lea el artículo completo en:

Xakata Ciencia

2017-2018: cambia nuevamente el año, pero ¿qué es realmente el tiempo? ¿Es cierto que solo existe el presente efímero?

Termina un año y comienza otro... Y sí, otra vez caemos en la cuenta de que el tiempo pasa, implacable. 

Pero ¿te has preguntado alguna vez qué es realmente el tiempo más allá de lo que marcan los relojes y los calendarios?

Piénsalo un momento. 

En nuestra experiencia como seres humanos percibimos el tiempo como una secuencia de sucesos.

Es decir: un futuro que se vuelve presente y un presente que se transforma en pasado.

Sentimos que el presente es lo único que existe, pero es efímero, se esfuma a cada segundo. 

Pensamos que el pasado es lo que ha dejado de ser y se aleja de nosotros rumbo al olvido, aunque parte de él permanece en nuestros recuerdos.

Y creemos que el futuro es algo potencial que aún no ha sucedido y promete diversos caminos alternativos.

Pero ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Es el tiempo algo real o una mera ilusión? ¿O una mezcla de ambos?

Prepárate, porque lo que dice la física clásica y actual al respecto puede dejarte perplejo, ya que cuestiona algunas de las creencias más difundidas sobre nuestro devenir.

¿Distintos tiempos?

"Los físicos no se ponen de acuerdo a la hora de contestar la pregunta general de qué es el tiempo", le comenta a BBC Mundo el Dr. Chamkaur Ghag, reconocido investigador del Departamento de Física y Astronomía del University College de Londres (UCL).

"Pero sí hay consenso en aceptar lo que dice la teoría de la relatividad de Albert Einstein, que presenta un universo donde el espacio y el tiempo son inseparables y se influyen mutuamente, y donde los fenómenos se experimentan de distintas maneras según el estado de movimiento de los observadores".

En este cosmos el tiempo es relativo, explica Ghag: se dilata a medida que un cuerpo se mueve más rápido en relación con otros. Cuanto más se aproxima un objeto (o un individuo) a la velocidad de la luz, más notoria es la desaceleración del reloj.

Según Einstein, el tiempo también transcurre más lentamente cuando un cuerpo experimenta una fuerza gravitacional mayor.

En la película "Interstellar" (2014), de Christopher Nolan, hay una escena que lo explica bien: el protagonista desciende a un planeta sometido a una intensa gravedad por encontrarse cerca de un agujero negro. Cuando regresa a la nave nodriza tras lo que para él ha sido más de una hora, se encuentra con un compañero para el que han pasado... 23 años.

La dilatación del tiempo ha sido comprobada de manera experimental en las últimas décadas usando ultraprecisos relojes atómicos y modernos aceleradores de partículas. A lo que se ha sumado la reciente detección de las ondas gravitacionales generadas por las distorsiones en el espacio-tiempo. 

Varios triunfos para las ideas de Einstein.

"Otro de los principios aceptados por los físicos es que el tiempo va para adelante y nunca para atrás", dice el Dr. Ghag.
 
"Y esto lo explica la segunda ley de la termodinámica: la entropía. Significa que las cosas van del orden al desorden".

El artículo completo en:

BBC Mundo

18 de abril de 2017

La historia de Mileva Maric, la primera esposa de Albert Einstein

Comienza sus estudios a la edad de diez años (1886) en un colegio para niñas. Posteriormente, estudia en el instituto de educación de Sremska Mitrovica. Este centro disponía de un magnifico laboratorio de Física y Química. 

Mileva nace el 19 de diciembre de 1875 en la ciudad de Titel situada en la provincia de Vojvodina, que por aquel entonces formaba parte del Imperio Austrohúngaro y que actualmente forma parte de Serbia. Su familia era acomodada y es la mayor de tres hermanos.

Comienza sus estudios a la edad de diez años (1886) en un colegio para niñas. Posteriormente, estudia en el instituto de educación de Sremska Mitrovica. Este centro disponía de un magnifico laboratorio de Física y Química.

Mileva se gradúa en el año 1890, obteniendo la máxima calificación en Física y Química. Es aceptada como estudiante privada en el Colegio Real de Zagreb, con una dispensa especial, pues el centro sólo admitía hombres. Es en la universidad de Zagreb donde entabla amistad con otro genio de la física y matemáticas, como era Nikola Testa, que tuvo un gran reconocimiento académico.






En el verano de 1896, Mileva comienza sus estudios de medicina en la universidad suiza de Zúrich, pero solo sigue estos estudios seis meses y a finales de 1896 comienza sus estudios de física y matemáticas en el Instituto Politécnico  de Zúrich. Este centro otorgaba una titulación que permitía dedicarse a la docencia de la física y las matemáticas.

El Instituto Politécnico de Zúrich era uno de los pocos centros europeos de enseñanza superior que admitía mujeres. Mileva era la quinta mujer  en ser admitida en dicho centro en toda su historia y la única que había en su clase, que sólo tenía once alumnos, entre los que se encontraba Albert Einstein.

Mileva tenía un carácter poco sociable y presentaba una cojera muy ostensible, debido a una artritis congénita, que le hacía tener una autoestima muy baja a pesar de su brillante inteligencia y su gran formación académica.

Mileva y Albert Einstein iniciaron una relación sentimental muy fuerte. Mileva era cuatro años mayor que Albert. La madre de Einstein, que era alemana, nunca vio con buenos ojos el matrimonio de su hijo con Mileva. La definía de la siguiente forma ”ella es un libro, igual que tú… Pero deberías tener una mujer. Cuando tengas treinta años. Ella será una vieja bruja”.

En el año 1900, Einstein escribe a Mileva  lo siguiente “estoy solo con todo el mundo, salvo contigo.  Qué feliz soy por haberte encontrado a ti, a alguien igual a mí en todos los aspectos, tan fuerte y autónomo como yo”.

Queda embarazada en 1901 sin estar casados, lo que provoca una situación social muy difícil de soportar en aquellos momentos históricos. Esta situación le lleva a abandonar sus estudios a pesar de que sólo le faltaba superar el examen final.


Albert Einstein y Mileva Maric de jóvenes

Mileva se refugia en casa de su hermana en Novi Sad en la actual Serbia, dando a luz en 1902 a una niña Liesert, que cuando cumple un año es dada en adopción. Einstein nunca llevó bien el ser padre de Liesert y nunca informó a su familia de que era padre.
 
El seis de enero de 1903 es cuando Einstein y Mileva se casan en la capital suiza, Berna. Tenía Einstein entonces veinticuatro años y ya había terminando sus estudios, consiguiendo inmediatamente su primer trabajo como técnico de la Oficina de Patentes de Berna.

En 1904, tienen un nuevo hijo Hans Albert y es cuando Mileva decide sacrificar  todas sus posibilidades profesionales y de investigación para dedicarse al cuidado de su familia. Ya entonces Mileva tenía una gran preparación académica. Había desarrollado investigaciones sobre la teoría de los números, cálculo diferencial e integral, funciones elípticas, teoría del calor y electrodinámica.

Se piensa, que los conocimientos matemáticos que tenía Mileva, fueron indispensables para que Einstein pudiera desarrollar sus teorías. Los años más creativos de Einstein fueron aquellos en los que compartió sus investigaciones con ella, de ahí la injusticia que se comete con Mileva.


Albert Einstein y Mileva Maric

El año  1905 fue el de los grandes logros  de Albert Einstein, publicando cuatro grandes artículos, y uno de ellos incluía la teoría de la relatividad, que revolucionaron el mundo científico y que le convertirían en un genio. Es revelador, que Mileva en una carta escrita a una amiga le decía “hace poco hemos terminado un trabajo muy importante que hará mundialmente famosos a mi marido”.

Lea el artículo completo en:

Nueva Tribuna

29 de mayo de 2016

Esta es la verdadera razón por la que nada puede ser más rápido que la luz


La luz permanece imbatible en su récord de velocidad. 
 
Corría septiembre de 2011 y el físico Antonio Ereditato conmocionaba al mundo.

El anuncio que había hecho prometía dar un drástico giro a nuestros conocimientos sobre el Universo. Si los datos recogidos por 160 científicos que trabajaban en el proyecto OPERA eran correctos, lo impensable había ocurrido.

Un grupo de partículas -en este caso, los neutrinos- había viajado más rápido que la luz.
Según la teoría de la relatividad de Albert Einstein, eso no era posible. Y las implicaciones eran enormes. Muchos aspectos de la física tendrían que ser modificados.

Al final, el resultado de OPERA estaba errado por causa de un problema de sincronización debido a un cable mal conectado.

Como consecuencia, las mediciones de lo que tardaban los neutrinos en recorrer la distancia estaban equivocadas en 73 nanosegundos, e hizo que pareciera como si hubieran viajado más rápidamente de lo que lo hicieron.

Ereditato renunció.
Pero, ¿estamos realmente seguros de que nada puede viajar más rápido que la luz?

Cuestión de peso

Examinemos el asunto. La velocidad de la luz en el vacío es de 299.792.458 kilómetros por segundo (cerca de la cifra redonda de 300.000 km/s). El Sol se encuentra a 150 millones de km de la Tierra y la luz tarda sólo ocho minutos y 20 segundos en recorrer esa distancia.

A principios de la década de 1960, William Bertozzi, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en EE.UU., experimentó con la aceleración de electrones a velocidades cada vez mayores.

Debido a que los electrones tienen una carga negativa, es posible propulsarlos aplicando la misma carga negativa a un material.

En teoría sólo se tiene que aumentar la energía aplicada con el fin de alcanzar la velocidad requerida de 300.000 km/s, pero resultó que no es posible que los electrones se muevan tan rápido.

Los experimentos de Bertozzi revelaron que el uso de más energía sólo causaba un aumento directamente proporcional en la velocidad del electrón.
La luz está compuesta de partículas llamadas fotones. ¿Por qué estas partículas pueden viajar a la velocidad de la luz cuando otras partículas como los electrones no pueden?

"A medida que los objetos viajan más rápido, su masa crece y mientras más masa tienen, más difícil es lograr la aceleración, por lo que nunca llegan a la velocidad de la luz", explica Roger Rassool, físico de la Universidad de Melbourne, en Australia.

Einstein, siempre Einstein

Los fotones son bastante especiales. No sólo carecen de masa, lo que les da vía libre a la hora de atravesar vacíos como el espacio, sino que además no necesitan acelerar. La energía natural que poseen significa que cuando se crean ya están a su máxima velocidad.

No hemos observado o creado nada que pueda desplazarse tan o más rápidamente que los fotones.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

30 de abril de 2016

La nevera diseñada por Albert Einstein

¿Qué se pone a hacer uno después de que describe la naturaleza del Universo por primera vez en la historia?

En los años 20, Albert Einstein ya había puesto en marcha la teoría cuántica y había resuelto lo de la relatividad. Se embarcó entonces en su última gran expedición a los misterios más profundos de la física, una que pasaría a ser su sueño incumplido: la búsqueda de una teoría unificada que vinculara todas las fuerzas de la naturaleza en una sola ecuación maestra.

Ese es el Einstein que más conocemos, el que trataba de resolver los más oscuros y obstinados enigmas del mundo.

Pero al mismo tiempo, estaba trabajando en otra cosa.

Estaba inventando un nuevo tipo de nevera.

¿Por qué -uno se podría preguntar- cuando se estaba convirtiendo en una celebridad internacional por haber remodelado el Universo y transformado nuestra idea del tiempo, decidió ponerse a crear un electrodoméstico?


Hasta los años veinte las neveras, en los hogares de EE.UU., eran artefactos raros, voluminosos y tenían cuatro patas.

Lo que nos dice el refrigerador

Sí, Einstein también era un inventor. Nunca fue una parte principal de su trabajo pero se lo tomaban en serio.

Sin embargo, sigue sonando un poco estrafalario que el hombre que nos dio E=mc2 y encorvó el espacio-tiempo se estuviera preocupando por mantener la leche fría.

No concuerda mucho con las imágenes que generalmente tenemos del ícono científico: el joven genio incubándose en la oficina de patentes suiza o el sabio de cabellos blancos montando bicicleta, sacando la lengua y charlando con celebridades en Princeton.

¿Qué pasó con Einstein durante los años intermedios?, le preguntamos a Katy Price, catedrática de la Universidad Queen Mary de Londres, quien ha investigado su celebridad emergente en los años 20.
"Realmente no pensamos mucho en cómo llegamos del Einstein joven al de más tarde, y ese es el período en el que todo está cambiando", señala.

"En todo el mundo se reportaba sobre la sensacional nueva teoría del Universo. El titular en New York Times, por ejemplo, fue 'Jazz en el mundo científico'... durante su visita a Inglaterra dio conferencias en alemán sobre la teoría de la relatividad y a pesar de ello causó sensación".

"En la prensa describían mucho su apariencia: la ropa que usaba, su pelo, sus ojos... 'parece un hombre cálido, es bueno con los niños, toca violín'... Deseaban humanizar a la persona que nos dio esa teoría matemática intensamente abstracta".

Pero todo esto contrastaba marcadamente con lo que estaba pasando entretanto en su nativa Alemania.

Uno se imaginaría que Einstein estaba pasando por su mejor momento, disfrutando de su éxito y fama.

Pero de hecho, ese período de su vida fue difícil, tanto en la ciencia como en el hogar y en Alemania.

El artículo completo en:

BBC Ciencia

28 de febrero de 2016

Por qué es tan importante que se haya comprobado la predicción de Einstein sobre las ondas gravitacionales




"Hemos detectado ondas gravitacionales", anunció David Reitze, director ejecutivo de LIGO.

Hace 100 años Albert Einstein predijo la existencia de ondas gravitacionales como parte de su Teoría General de la Relatividad.

Durante décadas, científicos habían intentado, sin éxito, detectar estas ondas, fundamentales para entender las leyes del Universo y que muestran cómo los objetos hacen que el espacio-tiempo se curve.

Hasta este 11 de febrero de 2016.

"Hemos detectado ondas gravitacionales", anunció este jueves David Reitze, director ejecutivo del Observatorio Avanzado de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales, conocido como LIGO.

Según los expertos, las ondas captadas vienen de la colisión de dos agujeros negros, uno 29 veces más grande que el Sol y el otro con un tamaño 36 veces mayor, que crearon un nuevo agujero 62 veces la masa de nuestra estrella solar.

Este evento pudo ser "escuchado" por LIGO; y tras varios meses de revisiones y corroboraciones de los datos, pueden decir con seguridad que se trata de las ondas gravitacionales.

"Esto marca el inicio de una nueva era de la astronomía", le dijo a BBC Mundo la doctora Alicia Sintes, del departamento de física de la universidad de las Islas Baleares y el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña, España, quien participó en el proyecto.

"Esta será una herramienta con la que estudiar el Universo y todos los objetos astrofísicos que existen", agregó.

También es la constatación absoluta de la última predicción que hizo Einstein.

Ondas gravitacionales por todas partes





Según la teoría de Einstein, todos los cuerpos en movimiento emiten esas ondas que, de la misma forma que una piedra afecta el agua donde cae, producen perturbaciones en el espacio.Y fue el 25 de noviembre de 1915 cuando Albert Einstein presentó la versión final de sus ecuaciones del campo ante la Academia Prusiana de las Ciencias.


Estas son la base de su Teoría General de la Relatividad, un pilar fundamental de la física moderna que ha transformado nuestra comprensión del espacio, el tiempo y la gravedad.

Gracias a ella hemos podido entender muchas cosas: desde la expansión del Universo hasta el movimiento de los planetas y la existencia de los agujeros negros.

Pero Einstein también propuso la presencia de ondas gravitacionales. Estas son, esencialmente, las ondulaciones de energía que distorsionan la estructura del tiempo y el espacio.

Cualquier objeto con masa debería producirlas cuando está en movimiento. Incluso nosotros. 

Pero cuanto más grande es la masa y más dramático el movimiento, más grandes son las ondas.

Y Einstein predijo que el Universo estaba repleto de ellas.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

17 de enero de 2016

Lo mejor de la ciencia del 2015


Como cada año, la prestigiosa revista Science ha publicado la lista de los diez descubrimientos más importantes del año. Entre los más destacados se encuentran la llegada a Plutón, la herramienta para modificar el ADN, la primera vacuna contra el ébola y el descubrimiento de una nueva especie de homínido.
La revista Science ha publicado en su página web su top ten con las aportaciones más importantes a a la ciencia en 2015.

Dos mujeres revolucionaron la edición del ADN

En el número 1, Science ha destacado la herramienta CRISPR/Cas9 como el acontecimiento científico del año. Ese es el nombre que, por ahora, recibe la novedosa herramienta de edición de genomas desarrollada por las científicas Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier en 2012. Gracias a esta técnica, es posible manejar el ADN para modificar los genes, introducir o corregir mutaciones, y, en definitiva, reescribir a voluntad el mensaje de la vida.

Supone un avance revolucionario, porque sus aplicaciones abarcan desde el tratamiento y diseño de estrategias para enfermedades como la malaria o el cáncer, hasta la mejora de los cultivos transgénicos o la edición de embriones humanos.

Por todo ello, el trabajo de sus autoras ha sido reconocido con el premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2015.

Descubrimos el corazón helado de Plutón 

Imagen de Plutón captada por la sonda New Horizons. / NASA

El 14 de julio, la sonda New Horizons, lanzada por la NASA en 2006, realizó su máximo acercamiento a Plutón, a una distancia de 12.500 km. Con la llegada al planeta enano se completó el primer reconocimiento inicial de nuestro sistema solar.

Desde entonces, las imágenes aportadas por los instrumentos de New Horizons han desvelado secretos inesperados de Plutón, como su superficie en forma de corazón o el descubrimiento de una actividad geológica de varios millones de años que podría continuar hoy día.

El sistema linfático actúa en el cerebro 

Para sorpresa de los científicos, se ha descubierto que el sistema linfático también actúa en el cerebro. / Jonathan Kipnis and Antoine Louveau

El sistema linfático se encarga limpiar los residuos del organismo y juega un papel clave en el funcionamiento del sistema inmunológico. Los neurocientíficos se han sorprendido ante el descubrimiento de que este sistema actúa también en el cerebro.

Los expertos sugieren que el mal funcionamiento de los vasos linfáticos en el cerebro podría ser una de las causas de algunos trastornos neurológicos como la esclerosis múltiples o el alzhéimer. Por lo tanto, en el futuro deben investigarse a fondo la relación entre el sistema linfático y el cerebro para descubrir su conexión con este tipo de enfermedades.

La primera vacuna efectiva contra el ébola 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció este verano que los ensayos clínicos de una nueva vacuna contra el virus del ébola en Guinea habían presentado una efectividad del 100%. Los resultados demostraron que unas 4.000 personas que se expusieron a este virus durante diez días no se contagiaron de la enfermedad gracias a la vacuna.

VSV-ZEBOV, nombre que ha recibido el medicamento, combina distintos componentes  para lograr un virus debilitado que no causa la enfermedad, pero hace que el organismo genere una respuesta inmune.

Aunque la vacuna se encuentra en fase preliminar y serán necesarias más pruebas en el futuro para su mejora, el avance genera grandes esperanzas en la lucha contra esta grave enfermedad.

La acción fantasmagórica que Einstein odiaba 

. El experimento para demostrar la conexión de las partículas se realizó con dos electrones en el interior de pequeños diamantes. / ICFO

La teoría cuántica predecía que la observación de un objeto puede afectar justo en ese momento a otro, aunque esté en la otra punta del universo, un fenómeno en el que Einstein no creía, ya que consideraba que ninguna información puede viajar más rápido que la luz.

No obstante, este año se ha conseguido que dos electrones separados más de un kilómetro de distancia mantengan una conexión ‘invisible’ e instantánea, superando el problema que planteaba Einstein.

El descubrimiento, al que contribuyó el Instituto de Ciencias Fotónicas de Barcelona, permitiría desarrollar en el futuro tecnologías para mejorar la seguridad en las comunicaciones y la informática de alto rendimiento.

La fiabilidad de los estudios psicológicos, cuestionada

Durante estos últimos años se han intentado replicar los resultados de algunos estudios importantes en el campo de la psicología. Sin embargo, no ha sido hasta 2015 cuando un equipo de 270 investigadores ha descubierto que solo el 39% de los 100 estudios de referencia en el campo de la psicología pueden reproducirse sin ambigüedades.

Aunque este resultado pueda parecer inquietante, la mayoría de los expertos ha acogido los resultados de manera optimista, al considerar que esto les puede ayudar a comprender mejor la fiabilidad de estos estudios.

Homo naledi, la nueva especie de homínido 

. Reconstrucción de Homo naledi por el paleoartista John Gurche, que pasó más de 700 horas para recrear la cabeza a partir de los escáneres de los huesos. / Mark Thiessen/National Geographic

Recientemente se ha descubierto una nueva especie de homínido, llamada Homo naledi, de la que se encontraron los restos de al menos 15 individuos en el yacimiento Dinaledi en Sudáfrica.

Con una capacidad craneal de alrededor de 500 cm3, mucho menor que la de humanos actuales, Homo naledi tenía características muy cercanas al género Homo en cuanto a masticación, manipulación y locomoción se refiere.


Sin embargo, por la estructura de su torso y el juego del tórax con la pelvis, aparte de la capacidad craneal, se acercaría más a Australopithecus, un género que desapareció hace unos dos millones de años.

Levadura modificada para obtener opiáceos

Con la introducción de hasta 23 fragmentos de ADN modificado en la levadura, se ha logrado que esta produzca dos compuestos opiáceos, unas sustancias muy poderosas para el tratamiento del dolor. Normalmente, estos solo se podían obtener a partir de la llamada amapola o adormidera del opio –Papaver somniferum–, a través de un proceso extremadamente largo y costoso.

Con este avance, los científicos acaban con la limitación que suponía obtener estos compuestos únicamente de las plantas y abren las puertas para desarrollar nuevos tratamientos para combatir el cáncer, enfermedades infecciosas y problemas crónicos como la artritis o la alta presión sanguínea.

Secretos de las columnas del manto terrestre

Durante casi 40 años se ha debatido sobre las misteriosas columnas del manto terrestre, conductos de roca caliente que ascienden desde el interior de nuestro planeta. Sin embargo, hasta este año no se sabía mucho sobre su naturaleza.

Los científicos han corroborado la existencia de 28 de estas columnas a través de las ondas sísmicas generadas por los terremotos, que se curvan y cambian su velocidad cuando encuentran un obstáculo en su camino. 

Esto ha desvelado que las columnas son más anchas de lo que se esperaba, lo que significa que expulsan hacia fuera más calor procedente del núcleo terrestre, una pista de que juegan un papel importante en la regulación de la temperatura del planeta.

El Hombre de Kennewick, antepasado de los americanos modernos

El esqueleto del hombre de Kennewick y una reconstrucción de su rostro / Brittney Tatchell, Smithsonian Institution

El Hombre de Kennewick está datado hace 9.000 años, por lo que es uno de los esqueletos más antiguos que se conocen. Fue hallado hace 19 años cerca de la localidad que le da su nombre, Kennewick, en el estado de Washington (EE UU).

La secuenciación del genoma de un hueso de la mano de este esqueleto ha permitido saber que algunas tribus de indios americanos, como las Tribus Confederadas de la Reserva de Colville, podrían ser descendientes de una especie muy cercana a este homínido. 

El descubrimiento desmiente la creencia de que el Hombre de Kennewick fuera el antepasado de pueblos nativos del Pacífico como los ainu y lospolinesios.

Fuente:

Vox Populi 

26 de noviembre de 2015

Diez preguntas para entender la teoría de la relatividad de Einstein





El 25 de noviembre de 1915, el físico presentó la formulación definitiva de su pensamiento. Algunos interrogantes y sus respuestas para comprenderlo.


1. ¿Qué conmemoramos exactamente este 25 de noviembre de 2015?
Se cumplen justo 100 años del día en que Albert Einstein explicó en una conferencia ante la Academia Prusiana de Ciencias, en Berlín, las ecuaciones definitivas de su teoría general de la relatividad. Tras casi una década de tortuosos intentos de compatibilizar la fuerza gravitatoria con su teoría especial de la relatividad (1905), y con el matemático David Hilbert pisándole los talones, por fin dio forma precisa y definitiva a la que se considera una de las cimas intelectuales de la humanidad. Su presentación se publicó aquel mismo día, 25 de noviembre de 1915, en las actas (Proceedings o Sitzungsberichte) de la academia.

2. ¿Einstein presentó ese mismo día la ecuación que hoy se conoce?
En realidad es un sistema de diez ecuaciones, pero se pueden escribir de manera unificada, utilizando una sola vez el signo “=”, y resumirlas en una sola: Rμν -1/2 gμν R = 8πG Tμν. En la forma original en la que la escribió Einstein en su artículo, la notación (por ejemplo usaba índices latinos en lugar de griegos) y la distribución de los términos era ligeramente distinta, pero aún así, es totalmente equivalente a esta.

3. ¿Y qué significa Rμν -1/2 gμν R = 8πG Tμν en un lenguaje que todos podamos comprender?
En lenguaje común, la nueva ecuación de Einstein relaciona dos aspectos: curvatura del espacio-tiempo ↔ Masa (energía). Por ponerlo en contexto, anteriormente la teoría de la gravedad de Newton, el mayor éxito de la revolución científica del siglo XVII, aportaba dos leyes que podemos visualizar así:
Masa → Gravedad; y
Fuerza de gravedad → Movimiento de cuerpos masivos,
donde “→” podemos leerlo como “crea”.

Es decir, una masa –por ejemplo, la Tierra– crea un campo gravitatorio, que a su vez ejerce una fuerza que controla el movimiento de otras masas, como una manzana o la Luna. Con la aportación de Einstein, la teoría de Newton se veía ahora desbancada por otra que la incluía como una aproximación solo válida para masas y velocidades relativamente pequeñas. Pero la teoría de Einstein era mucho más que un refinamiento de la de Newton: cambiaba completamente el concepto de qué es y cómo actúa la gravedad.

4. ¿Qué diferencias hay entre la visión clásica del mundo de Newton y la relativista de Einstein?
Hay dos esenciales. Por una parte, en la formulación de Einstein desaparece la noción de gravedad, que ha sido sustituida por algo más misterioso y sugerente: la curvatura del espacio-tiempo. Y, por otra, unifica en una sola ecuación las dos leyes básicas de la teoría newtoniana. Es decir, ambas “→” quedan aunadas en una sola “↔”. Sin duda alguna, la eliminación de la gravedad como una fuerza ‘real’ y su interpretación como un ‘efecto aparente’ de la curvatura del espacio-tiempo es el elemento más revolucionario de la teoría. De esta manera, Einstein explicaba con una simplicidad pasmosa la observación de Galileo de que, en ausencia de fricción, todos los cuerpos caen al mismo ritmo: los objetos se mueven en un mismo espacio-tiempo que, al estar curvado, produce la impresión de movimiento bajo una fuerza que actúe sobre ellos.

5. ¿Podemos visualizar el concepto de la curvatura del espacio-tiempo?
Es habitual representar sus efectos como el movimiento de canicas en una cama elástica deformada por el peso de una masa mayor. Aunque ilustrativa, esta analogía no consigue transmitir el hecho esencial de que la curvatura del espacio-tiempo apenas afecta las direcciones espaciales de la cama elástica, sino que se produce mayoritariamente en la dirección del tiempo. La teoría es demasiado rica y sutil como para dejarse capturar completamente por analogías e imágenes simplificadas.

6. Entonces, ¿no hay forma de representar con una imagen sencilla la teoría de la relatividad?
Habría que utilizar distintas imágenes para ilustrar diferentes aspectos de la teoría, pero no hay una que lo capture todo correctamente. Lo de la cama elástica está bien, pero tiene limitaciones serias. Por ejemplo, no sirve para ilustrar ni medianamente bien lo que es un agujero negro, y da lugar a confusiones: ¿Cómo es que decimos que la curvatura es tan pequeña que no la notamos habitualmente y, sin embargo, es suficientemente grande como para que un proyectil, o la Luna, sigan una trayectoria curva en lugar de recta? Habría que explayarse mucho para explicar que nos movemos mucho más en el tiempo que en el espacio, y lo que eso conlleva.

7. ¿Qué relaciona la relatividad general con los agujeros negros?
Todo comienza en aquel mismo año 1915. En una carta fechada el 22 de diciembre, ¡nada menos que desde el frente de guerra ruso!, el astrónomo alemán Karl Schwarzschild comunicaba a un –imaginamos– atónito Einstein que había encontrado una solución extremadamente simple a sus ecuaciones. En concreto, para el caso de la curvatura (o gravedad) que crean los cuerpos masivos como el Sol, la Tierra, las estrellas y de unos objetos que ninguno de los dos vivirían para reconocer: los agujeros negros. Son pozos insondables y absolutos, más fantásticos que la más delirante creación de la imaginación humana.

8. ¿Einstein creyó en los agujeros negros?
La predicción de la existencia de los agujeros negros que implicaba la teoría fue tan radical –aún más que la expansión del universo– que ni siquiera Einstein fue capaz de entenderla. Fue uno de sus principales errores. Solo se aceptó después, tras un largo y arduo proceso completado en los años 60, dando así un magnífico ejemplo de que las mejores teorías de la física son a menudo ‘más listas’ que sus propios creadores. Hoy en día sabemos que los agujeros negros son reales. Recientemente en la película Interstellar hemos podido ver una de las mejores representaciones de lo que las ecuaciones de Einstein pueden llegar a contener.

9. ¿Por qué los agujeros negros también ‘enfrentan’ a la relatividad y la física cuántica?
Imagina que se te cae tu móvil o tableta a un agujero negro. ¿Hay alguna posibilidad, por muy remota que sea, de que recuperemos la información que había en ellos? La teoría de Einstein nos dice que no: cuando algo ha cruzado el horizonte del agujero negro, ya no es posible recibir ninguna señal suya. Sin embargo, la mecánica cuántica nos dice que la información nunca se puede perder: se puede embrollar muchísimo (como sucede si quemamos la tableta), pero en principio siempre ha de ser posible extraerla de nuevo. Esta contradicción entre ambas teorías se conoce como la paradoja de la pérdida de información en los agujeros negros. Esperamos que los esfuerzos en intentar resolver esta cuestión nos ayuden a entender cómo unificar ambas teorías.

10. ¿Tiene alguna aplicación práctica la relatividad general?
Si todavía alguien no está suficientemente impresionado por la nueva visión del mundo que la teoría de Einstein proporciona, y pide una utilidad práctica, basta con que se deje guiar por un navegador GPS. Si este no tuviese en cuenta el efecto, pequeñísimo pero medible, que la curvatura del espacio-tiempo tiene sobre la señal que el aparato recibe de los satélites, nuestros coches acabarían en pocos minutos en la carretera equivocada. Así que la próxima vez que su navegador le diga “ha llegado a su destino” y no se encuentre en el fondo de un barranco o empotrado contra un muro, piense por un instante que eso de la curvatura del espacio-tiempo debe de tener algo de cierto. Agradezca a Einstein los años de intenso trabajo que dedicó a entenderlo, y celebre su culminación en una teoría tan magnífica.

Tomado de:

El Espectador


20 de noviembre de 2015

Un cura dio la “más bella explicación de la Creación”, según Einstein

El padre del Big Bang, Georges Lemaître, fue sacerdote además de formidable matemático.

Sabido es que ciencia y religión nunca han mezclado demasiado bien. Hubo un tiempo, ya lejano, en el que conciliar ambos términos era no sólo recomendable, sino casi obligatorio. Y, si no, que le pregunten a las cenizas de Giordano Bruno o a su compatriota Galileo, conminado muy a su pesar a recolocar la Tierra en el centro del Universo cuando ésta ya había encontrado su lugar. Si los católicos lo pasaban mal, mejor no les iba a los protestantes y así, Kepler, coetáneo de los anteriores, a punto estuvo de ver a su madre arder en la hoguera igual que al fantasioso de Bruno por su supuesta brujería.

Sin embargo, no siempre los prejuicios circulan en el mismo sentido. Incluso en tiempos más recientes.

Tal vez un ejemplo de ello sea el físico y matemático belga Georges Lemaître. Apenas un cráter en la Luna y el nombre de un vehículo espacial de la ESA –el ATV5, ya igualmente convertido en cenizas– nos lo recuerdan. Y eso que estamos hablando del hombre que se atrevió a corregir –educadamente, eso sí– al mismísimo Albert Einstein, prediciendo lo que más tarde Edwin Hubble comprobaría con los telescopios de Monte Wilson: la expansión del Universo. Lo que hoy todos conocemos como el Big Bang.

Lemaître nació en Charleroi (Bélgica) en 1894. Apasionado por las ciencias y la ingeniería, tuvo que interrumpir sus estudios con veinte años para defender a su país, inmerso en la Primera Guerra Mundial, siendo incluso condecorado como oficial de artillería. No debió de gustarle nada lo que allí vivió y, horrorizado, decidió tomar los hábitos y ordenarse sacerdote. Corría el año 1923. Pero Lemaître no abandonó su primera vocación. Su formación académica en física y matemáticas fue formidable, comenzando por su paso por la Universidad de Cambridge y terminando con su doctorado en el todavía mítico MIT estadounidense, institución en la que se doctoraría.

Poco después –en el año 1927– publicaría en una revista local el esbozo de su modelo de universo. Partiendo de los postulados de Einstein –un cosmos estático de masa constante– llega a un resultado totalmente diferente: el radio del universo tenía que crecer de forma continua para ser estable. Al enterarse, el genio alemán rechaza la idea con virulencia: "Sus cálculos son correctos, pero el modelo físico es atroz". Y eso que Lemaître siempre haría uso de la famosa constante cosmológica inventada por el propio Einstein, de la que más tarde el alemán renegaría con mayor vehemencia incluso que la utilizada por Galileo para escapar de la pira purificadora. En 1931 su trabajo alcanza las páginas de Nature, y en él se detalla su teoría completa del ‘átomo primigenio’ o ‘huevo cósmico’, derivándose de entre sus líneas lo que luego daría en llamarse exclusivamente Ley de… Hubble.

Einstein y Lemaître coincidirían en varias ocasiones. Einstein, agnóstico, recelaba del cura belga, puesto que su modelo cosmológico lógicamente arrastraba a un origen ¿divino? en el espacio-tiempo, y eso no le gustaba ni a él ni a muchos astrofísicos. Pero lo admiraba. En una ocasión, durante una estancia en Bruselas y disertando ante un erudito auditorio, Einstein espetó: "Supongo que no habrán entendido nada, a excepción claro está del abate Lemaître". En territorio comanche, juntos en Princeton, Einstein también dejaría caer al oír predicar a su colega belga: "Ésta [por Lemaître] es la más hermosa explicación de la Creación que nunca haya escuchado". Otra cosa es que hablara realmente en serio.

Como es natural, la fama de Lemaître no tardó en llegar al Vaticano. A pesar de los despectivos intentos del tan brillante como lenguaraz Fred Hoyle y los seguidores de la teoría del universo estacionario –el mismo Hoyle, durante un programa de radio de la BBC, bautizaría con bastante mala intención la teoría de Lemaître como Big Bang en 1949–, el modelo de universo en permanente expansión era imparable. Georges Lemaître ocuparía durante su vida distintos cargos en la Academia Pontificia de las Ciencias, siendo asesor personal del papa Pío XII. Y éste no quería dejar pasar semejante oportunidad. Si el Universo tiene 13.700 millones de años, ¿importaría mucho que se creara en los siete días bíblicos o en poco más de 10-35 segundos? Con gran pesar de Pío XII –que, curiosamente, fue elogiado por Einstein en su defensa de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial–, Lemaître huyó de explotar la ciencia en beneficio de la religión. Suyas son las palabras:
Tras escuchar a Lemaître, el prudente Pío XII abandonó la idea de hacer del Big Bang un dogma de fe

"El científico cristiano tiene los mismos medios que su colega no creyente. También tiene la misma libertad de espíritu, al menos si la idea que se hace de las verdades religiosas está a la altura de su formación científica. Sabe que todo ha sido hecho por Dios, pero sabe también que Dios no sustituye a sus criaturas. Nunca se podrá reducir el Ser Supremo a una hipótesis científica. Por tanto, el científico cristiano va hacia adelante libremente, con la seguridad de que su investigación no puede entrar en conflicto con su fe". Tras escuchar a Lemaître, el prudente Pío XII abandonó la idea de hacer del Big Bang un dogma de fe.

Georges Lemaître falleció en 1966, sólo dos años después del hallazgo irrefutable de la radiación del fondo de microondas, el eco proveniente del origen del Universo, de su Big Bang. Quizá su nombre pintado en la chapa de un carguero espacial no haga justicia suficiente a una mente —creyente o no— divina.

Tomado de:

El País Ciencia
google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0