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21 de febrero de 2020

“Morir es un alivio”: exnarcos explican por qué fracasa la guerra contra la droga

La clave para atacar la violencia es entenderla: ¿de dónde viene? ¿Cómo se reproduce? ¿Cómo lidiar con ella? Y un nuevo enfoque para conseguirlo es preguntar a quienes la protagonizan, le damos la palabra a Karina Reyes:


33 biografías de narcotraficantes

Mi tesis doctoral se enfoca en estudiar la violencia del narcotráfico a través del análisis de historias de vida.

Entre octubre de 2014 y enero de 2015 entrevisté a 33 hombres que trabajaron en el narco. Abordamos temas como su niñez y adolescencia, alcoholismo, drogas, vandalismo, su incursión y papel en el narco. Con el fin de entender el impacto de estas experiencias personales en la incursión de los participantes en el narcotráfico, estudié sus narrativas desde un punto de vista discursivo.

Por las características de mi estudio, su contribución es de dos tipos. Primero, metodológicamente, entrevistar a narcos de primera fuente es algo inédito en el mundo académico. Hasta la fecha no hay otro estudio que haya recopilado más de 30 entrevistas a exmiembros del narco. En términos académicos el estudio pone sobre la mesa una perspectiva que ha sido ignorada por investigadores, funcionarios públicos y políticos: la de los perpetradores. En este sentido, el análisis de la narración de sus vidas arroja luz sobre las posibles causas de su entrada en el narco y explica la lógica con la que entienden el mundo. Comprender ello es clave no solo para abordar un fenómeno complejo, sino para diseñar políticas públicas y de seguridad. Hasta ahora, dichas políticas se diseñan bajo la lógica de quienes las diseñan. No sorprende, entonces, su gran fracaso.

Narcos: ni monstruos ni víctimas

Para empezar, hay que reconocer que los narcos son parte de nuestra sociedad. Están expuestos a los mismos discursos, valores y tradiciones que todos nosotros. Uno de los principales problemas en México es que el Gobierno sistemáticamente los discrimina al reproducir el discurso binario estadounidense “ellos” y “nosotros”, “buenos” y “malos”. Este discurso, además de ser absurdo en su extrema simplicidad, opaca los múltiples matices que revelan las causas de esta violencia.

El análisis de las historias de vida de exnarcos arroja luz sobre dichos matices. Los participantes no se ven ni como víctimas ni como monstruos. Ellos no justifican su incorporación al narco como su “única opción” para sobrevivir, como muchos estudios académicos aseguran. Reconocen que entraron al narco porque, aun cuando la economía informal les permitía sobrevivir bien y mantener a sus familias, ellos querían “más”.

Karina García Reyes es profesora de la Escuela de Sociología, Política y Relaciones Internacionales y del departamento de Estudios Latinoamericanos, University of Bristol. 



6 de enero de 2020

La vida en las primeras ciudades: violencia, enfermedades y desnutrición


Un tercio de los habitantes de una urbe con 9.000 años de antigüedad sufrió infecciones, muchos de ellos agresiones con piedras en la cabeza, y toda la comunidad tuvo problemas dentales.


Después de cientos de miles de años deambulando por el planeta, hace unos diez milenios los humanos dejaron de hacerlo. En la gran revolución que fue el Neolítico, unos pocos adelantados se asentaron y vivieron de lo que cosechaban y pastoreaban. Ahora, el estudio de los muertos de una de aquellas primeras ciudades muestra que sus habitantes cogieron nuevas enfermedades, sufrieron niveles de violencia nunca vistos y pasaron hambre. Sin embargo, hoy la mayoría de las personas vive en ciudades y la práctica totalidad se alimenta con productos criados o cultivados.

En la llanura de Konya, en el sur de la región central de la actual Turquía, se descubrió en los años sesenta la ciudad de Çatalhöyük. Las primeras casas, hechas de ladrillos de adobe, tienen 9.100 años de antigüedad. No es la primera urbe de la prehistoria, hay aglomeraciones urbanas varios siglos más antiguas (Ain Ghazal, Beidha o Shkarat Msaied, todas en Oriente Próximo), pero sí es la mejor conservada. En la ciudad llegaron a vivir hasta 8.000 personas.

"Çatalhöyük fue una de las primeras comunidades protourbanas del mundo y sus residentes tuvieron los problemas que implica reunir a mucha gente en un área reducida durante mucho tiempo", dice el profesor de Antropología de la Universidad Estatal de Ohio (EE UU) y coautor del estudio Clark Larsen. La revista PNAS publica ahora los resultados de 25 años de investigación de una decena de científicos capitaneados por Larsen, la mayoría bioarqueólogos, que buscan en los restos humanos (sobre todo huesos y dientes) saber cómo vivían aquellos primeros urbanitas. Y han tenido bastante con qué investigar: Hasta 470 individuos completos y restos de otros 272. Enterrados en su inmensa mayoría bajo el suelo de las casas.

Tanta población en una ciudad donde ni siquiera había calles y se entraba al hogar por el tejado, debía generar estrés social y este degenerar en actos violentos. Una submuestra de casi 100 cráneos desvela una violencia no encontrada antes en el registro fósil. 25 de las cabezas tienen marcas de al menos una fractura (los hay con más de una). Salvo una lesión provocada por algún objeto punzante, el resto tienen una forma ovalada y con aplastamiento del hueso craneal. Esto encajaría con golpes provocados por una piedra. En muchos casos, en especial en los de las mujeres, la pedrada fue por la espalda.

Sin embargo, la mayoría de las fracturas están selladas, cicatrizadas, por lo que no murieron de los golpes. "Esto podría indicar que no había intención de matar, sino quizá más de castigar o controlar determinadas conductas. Lo vemos relacionado con disputas intracomunitarias y, posiblemente, como una forma de control social mediante la coerción física", razona Knüsel. Es decir, no hay pruebas de violencia ejercida por gentes de fuera, solo de la practicada por el propio grupo del agredido.

El otro gran coste de vivir en la ciudad fue el de la salud. Entre los recolectores y cazadores, el contacto con otros grupos humanos era raro. Aquí se apiñaban miles de personas. Aunque encalaban con periodicidad suelos y paredes, y la cal es un gran desinfectante, se han encontrado restos de desechos orgánicos dentro de las casas. No había algo parecido a una letrina y los corrales de los animales estaban pared con pared con las casas.

Aunque son pocas las enfermedades que afectan directamente a los huesos, muchas infecciones bacterianas pueden dejar su marca en ellos (reacción perióstica). Hasta el 33% de los restos humanos tienen alguna de estas marcas. Un estudio publicado recientemente encontró huevos de parásitos intestinales en coprolitos (heces fosilizadas) en Çatalhöyük.

"En general, se piensa que a medida que las poblaciones de cazadores recolectores se establecieron para convertirse en agricultores hace unos 10.000 años, tuvieron las ventajas de un suministro estable de alimentos, un aumento de la fertilidad de las mujeres debido a esto y una mejor defensa contra los animales salvajes", comenta el paleopatólogo de la Universidad de Cambridge Piers Mitchell, autor del trabajo de los coprolitos. "Sin embargo, entre las desventajas estarían una propagación más fácil de las enfermedades infecciosas a medida que crecía el tamaño de la población, las debidas a los desechos humanos y la posibilidad de mayor violencia interpersonal entre diferentes grupos a medida que las personas intentaran robar objetos de valor a otros grupos" añade Mitchell, no relacionado con la actual investigación.

En los huesos —y los dientes— también ha quedado grabado lo que comían los primeros ciudadanos. Analizando la presencia de distintos isótopos, en particular de nitrógeno, los investigadores pudieron determinar la mayor o menor cantidad y variedad de carnes y vegetales ingeridos. La base de su dieta eran ya los cereales, en especial diversos tipos de trigo, y las legumbres. Ambos alimentos procedían de variedades ya domesticadas por los humanos. Esta dieta provocó que todos los individuos analizados sufrieran de hipoplasia dental, es decir, pérdida del esmalte. Aunque en esto también pudo influir que la media del periodo de lactancia materna superaba los 3,5 años. Además, el 10% de los dientes recuperados tienen caries.

Aquellos mismos isótopos muestran que cabras y ovejas aportaban la parte esencial de las proteínas animales. Solo en los últimos tiempos de Çatalhöyük aparecen las vacas. También permiten comprobar que los pastores tenían que ir cada vez más lejos en busca de nuevos pastos. Esto se ve confirmado con ligeros cambios en los huesos de las extremidades inferiores de varios de los restos humanos. Para los autores del estudio, esto indicaría que cada vez tenían que recorrer distancias más largas. Finalmente, la ciudad fue abandonada en torno al 5950 antes de esta era. No está claro el motivo, pero un enfriamiento global unido al agotamiento de las tierras más cercanas podría explicar el abandono de la ciudad primigenia.

Con información de: El País (España)
 

3 de enero de 2020

Los diez tipos de personas más odiosas en el trabajo


A estas personas se les conoce como tóxicas, pues su comportamiento sólo busca la dispersión del grupo y aunque en alguna oportunidad nos habremos cruzado con ellas, lo mejor es mantener cierta distancia para no cargarnos de su negatividad.
 
El psicólogo Gustavo Giorgi escribió un artículo en Entrepreneur en el que identificó diez tipos de personas más odiosas en el trabajo y aconseja no actuar como uno de ellos.

1. El que usa el trabajo para hacer terapia

Este tipo de personas llevan sus problemas al trabajo y cuando llegan usan a sus compañeros como sus terapeutas para que escuchen sus decepciones amorosas, traición de algún amigo o problemas familiares. Si uno le aconseja ir con un especialista, responderá que no necesita ni cree en los psicólogos.

2. El que se aprovecha de la creatividad e ideas de otros

Es el que tras escucharlo decir algo novedoso y que puede dar muy buenos resultados, hace pasar esas ideas como suyas para que su jefe lo felicite y obtenga reconocimiento. Lo peor es que cuando le reclama por su actitud, le dirá que jamás supo que también usted tenía pensado lo mismo.

3. El laberíntico

Es el colaborador que se “toma a pecho” todo lo que le diga, así sea de forma general, pues siempre piensa que cualquier comentario negativo va dirigido a él y buscará, e incluso obligará, a que le dé explicaciones.

4. El que disfraza sus inquietudes en un malestar generalizado

Este colaborador busca que sus inquietudes o algo que no haya conseguido sean vistos como un malestar generalizado, tomando la palabra en nombre del grupo. Por ejemplo, comenta el especialista, cuando este individuo dice que en la empresa no hay oportunidades para crecer, luego de no haber conseguido un ascenso.

5. El quejumbroso

Es aquel que siempre para quejándose de todo y que jamás se hace responsable de sus actos porque para él el resto es el culpable de lo mal que van las cosas. Debido a que constantemente se queja, lo hace como un hábito, generando un mal clima laboral.

Lea el artículo completo en: Gestión (Perú)
 

11 de junio de 2019

Los chimpancés tienen cultura y está en peligro

Un macroestudio identifica 31 tradiciones que se transmiten en las sociedades de estos simios y que podrían perderse para siempre por el impacto de los humanos.


Era otoño de 1960 cuando aquella joven sin estudios observó lo impensable: un chimpancé, David Greybeard, había doblado una rama y le había quitado sus hojas para pescar termitas con ella. Cuando el hallazgo de Jane Goodall se hizo público, los titulares de los periódicos no tuvieron dudas: obligaba a replantearse lo que significa ser humano. Hacer herramientas ya no era la característica que definía al sapiens frente al resto del reino animal. Los chimpancés, tan inteligentes y adaptables, habían desarrollado esta habilidad y se la transmitían entre ellos. Conocerles mejor a ellos nos ayudaba a conocernos a nosotros mismos.

Medio siglo después, en 2011, el chimpancé Nick cogió un puñado de musgo, lo sumergió en un pozo natural y, a modo de esponja, escurrió el agua en su boca para beber. Solo tres años después más de la mitad de los miembros de la comunidad de Nick, el macho alfa, bebía agua de esta forma. También había testigos: la primatóloga Catherine Hobaiter y su equipo, que habían asistido al nacimiento de una nueva tradición cultural en Uganda, la última de estas conductas que se han conocido desde los primeros hallazgos de Goodall. Beber empapando musgo y no usando hojas a modo de cuchara es una de las técnicas, conductas o ritos que conocemos de los chimpancés. El mayor estudio que se ha realizado nunca para conocer el mundo cultural de los chimpancés, recién publicado, ha registrado en total 31 de estas manifestaciones culturales que aprenden y se transmiten entre ellos, sin que se trate de un comportamiento inscrito en sus genes.

Pero todas esas tradiciones culturales están en peligro. Podrían desaparecer, con toda su riqueza y sus importantes claves para el conocimiento de los grandes simios, pero también de la evolución humana. Esa es la principal conclusión de este ambicioso estudio, que ha llevado a los científicos a estudiar 144 comunidades de chimpancés salvajes en 15 países africanos durante nueve años. Allí donde la presión humana es mayor, se derrumba la probabilidad de que los chimpancés desarrollen y conserven una tradición cultural propia, según publican en la revista Science.

Lea el artículo completo en: El País (Ciencia)


21 de mayo de 2019

¿Cuándo las llamadas fuera de la hora de trabajo se consideran como acoso laboral?

Dependerá si yo tengo horarios de trabajo fijo; sin embargo, no debería recibir pedidos en horarios fuera de la oficina. Y si los recibo, no deberían ser urgentes, sino sería considerados como hostigamiento. Pamela Navarro, directora del área laboral de PPU, explica más sobre ello.


Una conducta inadecuada. El acoso laboral puede ser tipificado de muchas formas y estas van desde el hostigamiento hasta el acoso sexual. ¿Las llamadas y/o mensajes del trabajo fuera de la hora laboral están incluidas?

Conversamos con Pamela Navarro, directora del área laboral de Philippi Prietocarrioza Ferrero DU & Uría (PPU), sobre los tipos de acoso laboral que existen.

Sobre las llamadas fuera del horario laboral, Navarro explicó que dependerá si tengo horarios de trabajo fijos. Si se da este escenario, no debería recibir pedidos. Y si los recibo, no deberían ser urgentes porque sino se considerarían como hostigamiento.  

“Vivimos en un mundo tan tecnológico que siempre paramos conectados. Pero, mientras que los requerimientos de mi empleador no sean urgentes, pueden llegar sin problema. Ojo, nadie me obliga a contestar el teléfono fuera de mi horario. Y si quiero denunciar, las llamadas, chats, correos o los mensajes están como prueba.” 

Mencionó también que otro caso de hostigamiento laboral es la baja del sueldo sin justificación alguna. “Está prohibido por la norma. Si es que te bajan de categoría también, por ejemplo de jefa a analista, no está permitido por la norma, sería una rebaja de categoría. Ahí es más sencillo denunciar, con las boletas de pago. Para la reducción de la remuneración no hay justificación. Si yo no he firmado un documento, de mutuo acuerdo, no hay justificación.” 

Para ambos casos, el proceso de denuncia puede iniciar y demorar hasta seis días, tiempo en el cual el empleador tiene para contestar y cambiar su trato. “En los casos de hostigamiento sexual, a diferencia y con la última modificación normativa, si yo soy víctima de esto y siento que esta situación hace inviable que yo continúe con la relación laboral, se me exonera del procedimiento del cese de actos de hostilidad y puedo darme como despedido y pedir mi indemnización.”

A su vez, al presentar la denuncia, en el caso de hostigamiento, la denuncia debe señalarse en un plazo de hasta 30 días, luego de sucedido el hecho. O, si viene sucediendo hace un año, igual la denuncia procede. Pero, si es que la hostilidad sucedió hace seis meses y recién lo denuncio, no procede. “En el caso de acoso sexual laboral, lo puedes denunciar si sucedió hace más de 30 días, o cuando el vínculo laboral se terminó porque se procesa como un delito.”

Finalmente, recomendó que tanto las empresas como los trabajadores, deben mantener una política sobre hostigamiento y acoso laboral clara. “Se necesita capacitar a los trabajadores sobre políticas de cero acoso y qué hacer en caso ocurra ello. Y a los trabajadores a no quedarse callado, seas hombre, seas mujer porque estamos en un momento donde esto no es mal visto, sino que se necesita un procedimiento objetivo mediante la denuncia.”

Fuente: Gestión (Perú)

9 de mayo de 2019

"El que no sepa matemáticas va a tener un serio problema": la importancia de las habilidades matemáticas en el mundo laboral


Los estudios han vaticinado que existe una clara relación entre el éxito a la hora de dominar las matemáticas y el nivel socioeconómico alcanzado años después. Nadie entiende cuál es el mecanismo que subyace tras esta cuestión, pero las investigaciones apuntan prácticamente de forma unívoca hacia este hecho.

"Tu habilidad para comprender las matemáticas de niño determina tu trabajo y hasta tu sueldo", se aventuran algunos titulares asociados a estudios de todo tipo. Pero ¿hasta que punto podemos usar esa correlación para predecir? ¿No estaremos malinterpretando algo? Nos hemos puesto en contacto con un matemático, profesor y divulgador para intentar despejar algunas incógnitas.

"Tu sueldo depende de tu habilidad temprana con las matemáticas"

No son uno, ni dos ni tres estudios los que evidencian una relación directa entre la capacidad de comprender y dominar los conceptos matemáticos y el éxito laboral y socioeconómico en el futuro. Este concepto no es del todo nuevo. La educación por áreas siempre se ha relacionado con el factor socioeconómico de las familias. Sin embargo, para los profesores de psicología Stuart J. Ritchie y Timothy C. Bates, de la Universidad de Edimburgo, son las matemáticas las que llevan la voz cantante en esta relación.

"Independientemente de la cantidad de aptitudes que tengamos, el tiempo que pasamos en la escuela o lo inteligentes que somos, las habilidades aprendidas tienen un efecto medible en el éxito en la edad adulta", comentaba sobre este estudio Lindsay Abrams, editora de The Atlantic. En él, los investigadores apuntaban que la asociación entre las habilidades básicas de matemáticas y lectura puede correlacionarse con un aumento del salario al llegar a la mediana edad. Es más, se atrevieron a dar una cifra: nada menos que 7.750 dólares más de media anual para las personas con mejor habilidad para las matemáticas.



9 de abril de 2019

Laura Sprechmann: “El método científico está siendo cuestionado”

La directiva de la entidad encargada de difundir el conocimiento de los Nobel alerta de la desconfianza y confusión general ante las investigaciones científicas.


Al entrar al edificio de Nobel Media, en Estocolmo, hay un pasillo repleto de estatuas en los laterales. Al final del mismo, está la de Alfred Nobel. El último testamento del inventor de la dinamita indicaba que su fortuna debía usarse para la creación de los premios que hoy llevan su nombre y reconocen la labor de profesionales en diferentes campos como la física, la química, o la medicina. En el mismo edificio, unas plantas más arriba, Laura Sprechmann, CEO de Nobel Media, recibe a EL PAÍS en una sala llena de retratos de los últimos ganadores de un premio Nobel. Entre ellos están el estadounidense James Allison y el japonés Tasuku Honjo, ambos ganadores del Nobel de Medicina en 2018, o Frances H. Arnold, premiada por su investigación en Química. "En los últimos años se ha producido una especie de erosión de lo que es un experto y una desconfianza o confusión general en la ciencia", afirma Sprechmann mientras observa las láminas pintadas cada año por el artista Niklas Elmehed.

Pero este reto no es nuevo: “Hemos tenido propaganda que suscitaba desconfianza hacia los científicos antes. Pero ahora tenemos los canales para comunicar y difundir todo de una manera totalmente distinta a como era hace 20, 50 o 100 años”. Para ella, la discusión sobre el clima es un buen ejemplo. “La ciencia está muy clara, pero mucha gente está divulgando información que no es cierta. Los métodos científicos hoy en día son cuestionados y se trata de una situación difícil teniendo en cuenta que el método científico está basado en el hecho de que siempre se deben cuestionar las cosas”, afirma.

Para enfrentarse a este desafío, considera primordial tener la capacidad de comunicar y presentar hechos. Recuerda cómo la voluntad de Alfred Nobel en su testamento de 1895 era otorgar premios a aquellos que llevasen a cabo "el mayor beneficio a la humanidad”. “Tenemos la obligación de contribuir con el conocimiento y fortalecer a las personas que quieren escuchar y aprender”, sostiene.

Con este objetivo, la entidad organiza desde 2012 en países de todo el mundo el Nobel Prize Dialogue. Se trata de un evento gratuito en el que varios premios Nobel y expertos debaten durante un día sobre los retos globales de la humanidad. Por ejemplo, sobre la energía, la inteligencia artificial, la comida, el agua, la educación o la verdad.

El 22 de mayo de este año tendrá lugar por primera vez en Madrid y se debatirá sobre el futuro del envejecimiento. Entre otros expertos, acudirán Edvard Moser, ganador del Nobel de Medicina en 2014, y Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura en 2010. El escritor tendrá una conversación con el poeta Luis Alberto de Cuenca. “Se hablará sobre las pensiones, aspectos sociales como el cuidado de los mayores, la biología del envejecimiento, enfermedades como el cáncer o la demencia o cómo los robots pueden asistir a los mayores”. En el evento, organizado por Nobel Media junto a la Fundación Ramón Areces, no solo se abordarán aspectos negativos, también se debatirá sobre la creatividad y el aprendizaje en el envejecimiento.

Y se intentará dar respuestas a diversas preguntas: “¿Cuánto tiempo queremos vivir y si vamos a vivir más qué vamos a hacer con ese tiempo?”. España será el país del mundo con mayor esperanza de vida en 2040, según un estudio de la Universidad de Washington. El informe indica que los españoles llegarán a los 85,8, casi tres años por encima del promedio actual. “La edad de jubilación también es un debate, ya que tenemos vidas más saludables y hay ciertos trabajos donde no es necesario detenerse a cierta edad porque no requieren un esfuerzo físico”, afirma Sprechmann en una entrevista en Estocolmo en un viaje al que EL PAÍS ha sido invitado por el Instituto Sueco y la Embajada de Suecia en Madrid.

Además de compartir conocimiento, se pretende que los expertos puedan servir de referentes para los jóvenes. “Tienen historias personales tremendas. Si oyes que un premio Nobel de Química cuando iba a la escuela, sacaba malas notas en química y tú tienes 13 años, estás en el colegio y tienes problemas con la asignatura, pensarás que nada es imposible. Es la importancia de fallar y equivocarse”, cuenta la CEO de la Nobel Media.

El artículo completo en: El País (España)


3 de abril de 2019

Los cerebros ‘hackeados’ votan

Algunas de las mentes más brillantes del planeta llevan años investigando cómo piratear el cerebro humano para que pinchemos en determinados anuncios o enlaces. Y ese método ya se usa para vendernos políticos e ideologías.

La democracia liberal se enfrenta a una doble crisis. Lo que más centra la atención es el consabido problema de los regímenes autoritarios. Pero los nuevos descubrimientos científicos y desarrollos tecnológicos representan un reto mucho más profundo para el ideal básico liberal: la libertad humana.

El liberalismo ha logrado sobrevivir, desde hace siglos, a numerosos demagogos y autócratas que han intentado estrangular la libertad desde fuera. Pero ha tenido escasa experiencia, hasta ahora, con tecnologías capaces de corroer la libertad humana desde dentro.

Para asimilar este nuevo desafío, empecemos por comprender qué significa el liberalismo. En el discurso político occidental, el término “liberal” se usa a menudo con un sentido estrictamente partidista, como lo opuesto a “conservador”. Pero muchos de los denominados conservadores adoptan la visión liberal del mundo en general. El típico votante de Trump habría sido considerado un liberal radical hace un siglo. Haga usted mismo la prueba. ¿Cree que la gente debe elegir a su Gobierno en lugar de obedecer ciegamente a un monarca? ¿Cree que una persona debe elegir su profesión en lugar de pertenecer por nacimiento a una casta? ¿Cree que una persona debe elegir a su cónyuge en lugar de casarse con quien hayan decidido sus padres? Si responde sí a las tres preguntas, enhorabuena, es usted liberal.

El liberalismo defiende la libertad humana porque asume que las personas son entes únicos, distintos a todos los demás animales. A diferencia de las ratas y los monos, el Homo sapiens, en teoría, tiene libre albedrío. Eso es lo que hace que los sentimientos y las decisiones humanas constituyan la máxima autoridad moral y política en el mundo. Por desgracia, el libre albedrío no es una realidad científica. Es un mito que el liberalismo heredó de la teología cristiana. Los teólogos elaboraron la idea del libre albedrío para explicar por qué Dios hace bien cuando castiga a los pecadores por sus malas decisiones y recompensa a los santos por las decisiones acertadas.

Si no tomamos nuestras decisiones con libertad, ¿por qué va Dios a castigarnos o recompensarnos? Según los teólogos, es razonable que lo haga porque nuestras decisiones son el reflejo del libre albedrío de nuestras almas eternas, que son completamente independientes de cualquier limitación física y biológica.

Este mito tiene poca relación con lo que la ciencia nos dice del Homo sapiens y otros animales. Los seres humanos, sin duda, tienen voluntad, pero no es libre. Yo no puedo decidir qué deseos tengo. No decido ser introvertido o extrovertido, tranquilo o inquieto, gay o heterosexual. Los seres humanos toman decisiones, pero nunca son decisiones independientes. Cada una de ellas depende de unas condiciones biológicas y sociales que escapan a mi control. Puedo decidir qué comer, con quién casarme y a quién votar, pero esas decisiones dependen de mis genes, mi bioquímica, mi sexo, mi origen familiar, mi cultura nacional, etcétera; todos ellos, elementos que yo no he elegido.

Esta no es una teoría abstracta, sino que es fácil de observar. Fíjese en la próxima idea que surge en su cerebro. ¿De dónde ha salido? ¿Se le ha ocurrido libremente? Por supuesto que no. Si observa con atención su mente, se dará cuenta de que tiene poco control sobre lo que ocurre en ella y que no decide libremente qué pensar, qué sentir, ni qué querer. ¿Alguna vez le ha pasado que, la noche anterior a un acontecimiento importante, intenta dormir pero le mantiene en vela una serie constante de pensamientos y preocupaciones de lo más irritantes? Si podemos escoger libremente, ¿por qué no podemos detener esa corriente de pensamientos y relajarnos sin más?

El artículo completo en: El País (España)


1 de abril de 2019

Caral sirvió de foco de civilización en zonas más allá del valle de Supe

Destacan el comercio con la costa de Ecuador, el norte de Chile, la Amazonía y zonas de Bolivia.


El impacto de la cultura de Caral trascendió los confines del valle de Supe. Los últimos descubrimientos en la Ciudad Pesquera de Áspero revelan el comercio que se realizaba con las costas de Ecuador y con la Amazonía.

La doctora Ruth Shady Solís, encargada de los trabajos arqueológicos, explicó que los descubrimientos están obligando a manejar nuevas teorías sobre el rol de los caralinos.

La especialista, máxima autoridad sobre el periodo precerámico, indicó que algunos productos pueden entenderse como parte del intercambio comercial entre distintas regiones. Sin embargo, otros podrían ser la pista de una fuerte migración de la Amazonía hacia la Costa debido a problemas climáticos.

La paz de Caral
Shady relató que no solo en Áspero –ubicado en la desembocadura del río Supe– se han encontrado objetos pertenecientes a otras latitudes. En sitios como Miraya o Vichama se han encontrado sodalita, un mineral extraído en Bolivia.

Incluso se ha hallado en Caral un infante enterrado a la usanza de la cultura Chinchorro, desarrollada entre Moquegua y el norte del actual Chile. 

Lo que no se ha hallado son murallas ni armas, lo que empuja a pensar a Shady que en dicho tiempo no practicaban la guerra. 

Subraya que desde el valle de Supe se diseminó la civilización, influyendo en otras regiones del continente. 

Pero lo que más le ha llamado la atención a la estudiosa es la numerosa cantidad de productos de la selva. Por ejemplo, las plumas de guacamayo verde y los tocados con el diseño conocido como “ojo de Dios”.

Ruth Shady hace notar que dichos productos son aún usados en la Amazonía y son símbolo de buena posición social para diferentes etnias.

La arqueóloga contó a la Agencia que la teoría habitual que se manejaba era que estos productos habían arribado a la Costa debido al comercio. Pero por la cantidad de los hallazgos, ella está empezando a esbozar otra hipótesis.

Inmigración
Ella cree que la presencia de tantos objetos amazónicos son una señal de una gran migración producto de grandes cambios climáticos que afectaron primero al Oriente peruano. 

 
Asimismo, hizo notar que cronológicamente estos objetos aparecen tiempo previo a que se abandone los asentamientos de Caral.

Para Ruth Shady existe un paralelo entre lo que pasó por aquellos años –alrededor de 1800 antes de Cristo– en el valle de Supe y Mesopotamia. Ella indicó que por ese tiempo en esa zona de Asia se vivió un proceso similar de movimientos demográficos.

Shady llamó a tomar nota del pasado para estar prevenidos ante los cambios climáticos que se podrían vivir en breve en el mundo.
 
 

12 de febrero de 2019

El sistema de base diez y porqué contamos con los dedos

 Por J. M. Mulet

La mayoría de las culturas cuentan en base 10: tienen 10 dígitos diferentes y los combinan para describir cualquier cantidad. ¿Por qué? Para conocer la causa solo hay que mirarse las manos. 


Las matemáticas que aprendemos en el parvulario tienen una base 10. Eso quiere decir que tenemos 10 dígitos diferentes y con combinaciones de ellos describimos cualquier cantidad, agrupada siempre en decenas o en potencias de 10. Contar en base 10 no es algo nuevo ni propio de nuestra cultura. El lenguaje protoindoeuropeo que se hablaba hace alrededor de 6.000 años en algún lugar cercano al mar Negro (quizás en Anatolia o en la estepas de Ucrania, en este punto no hay consenso) ya utilizaba base 10 y de ahí pasó a la mayor parte de culturas a través del griego clásico, el latín, el sánscrito o el germánico. Pero contar de 10 en 10 es algo que se descubrió varias veces en culturas que no tenían contacto entre ellas. Otras protolenguas como el sinotibetano, la nigerocongolesa y la austranesia, que son precursoras de lenguas con millones de hablantes como el chino mandarín o el suajili también utilizan una base 10. ¿Por qué 10? En principio se podría haber elegido cualquier base. En este caso la filología nos da una idea. 

Cuando estamos en el parvulario y aprendemos a sumar, el gesto instintivo es ayudarnos con los dedos. Puesto que tenemos 10 dedos, parece lógico pensar que la mayoría de culturas utilizaron 10 dígitos por tener 10 dedos, y esto se refuerza por el hecho de que etimológicamente dígito y dedo comparten origen en la mayoría de lenguas que cuentan en base 10. Sin embargo, no siempre se elegía contar de esta forma. En algunas lenguas de Centroamérica, el Cáucaso y África Central y Occidental los números se definen en base 20. De hecho, en algunas lenguas europeas quedan rastros de una convivencia entre la base 10 y la base 20, por eso en francés la palabra para “ochenta” es quatre-vingt, es decir, cuatro veces 20, y en inglés antiguo la palabra score define una veintena. Una base 5 es infrecuente en idiomas antiguos; sin embargo, en España no nos es ajena, solo hay que pensar en la palabra lustro para definir periodos de cinco años y en el uso de los duros para definir cinco pesetas. Y de la base 15 solo nos queda una referencia: el conteo del tenis, que parece motivado por un antiguo sistema de apuestas francés, aunque hay teorías alternativas que lo relacionan con la forma en la que medimos un círculo. El origen de la base 10, 5 y 15 se relaciona también con los dedos de la mano, y hace referencia a utilizar también los dedos de los pies, una sola mano, o las dos manos y un pie (por eso la base 15 es tan rara).

Hay otras culturas que también han contado con los dedos, pero de forma diferente a como lo hacía la mayoría. Por ejemplo, el sistema de base 60 fue utilizado originalmente por los sumerios y más tarde por los babilonios, y es el origen por el que dividimos las horas en 60 minutos y los minutos en 60 segundos y por el que una circunferencia tiene 360 grados. Ese sistema deriva de otro de base 12: solo hay que ver que los babilonios dividieron el año en 12 signos zodiacales. Y aquí volvemos a tener los dedos, aunque los sumerios los utilizaban de forma diferente a los protoindoeu­ropeos. Si miramos la palma de la mano y utilizamos el dedo pulgar como puntero para contar, veremos que el resto de dedos están divididos en tres falanges cada uno. Si contamos las falanges, ya tenemos la base 12, y este parece ser el origen más probable de esta numeración. Aunque hay explicaciones alternativas, puesto que 60 se puede dividir de forma exacta entre 2, 3, 4, 5, 6, 10 y 20, lo que permite hacer diferentes agrupaciones que hoy día seguimos utilizando (las medias horas, los cuartos de hora o los 5 o 10 minutos).

Y todavía existe una tercera forma de utilizar las manos para contar. Hay unos cuantos idiomas antiguos que contaban los números de forma octonaria, en base 8. Y también contaban con la mano, con la diferencia de que, en vez de asignar cada cantidad a un dedo (base 10) o a una falange (base 12), utilizaban los huecos entre los dedos, y así salen los cuatro huecos en cada mano. Queda claro que, independientemente de nuestra cultura, todos hemos contado con los dedos.

La base está en todo el cuerpo

De los miles de idiomas que han existido, no todos se ajustan al patrón general de contar con los dedos. Por ejemplo, hay lenguas con sistemas en base 2: en este caso, las palabras para los números recuerdan a las palabras para ojos u orejas, indicando que esa parte del cuerpo fue la que más llamó la atención a sus hablantes. Pero hay más casos: la lengua salinera de los nativos de California tiene base 4, y la que se habla al sur de Nueva Guinea, base 6, aunque parece que utilizaban como patrón la forma de agrupar alimentos más que el cuerpo. Y la lengua oksapmin, de la provincia de Sandaun, en Nueva Guinea, tiene base 27 debido a que utiliza todas las partes del cuerpo contables, incluyendo dedos, ojos, brazos y hombros.
 
 

6 de febrero de 2019

Científicos 'calculan' qué 20 películas son las más influyentes de todos los tiempos

El filme con el mayor impacto de la historia superó incluso a La guerra de las galaxias y a Psicosis.


Un equipo de investigadores ha elaborado un algoritmo para determinar cuáles son las veinte películas más influyentes de la historia en función de la cantidad de referencias que sobre cada film aparecen en las cintas producidas posteriormente, informa Science Daily

Los autores del estudio, publicado este viernes en la revista Applied Network Science, usaron un criterio de éxito cinematográfico diferente a los tradicionales, basados en la recaudación de una película o en las opiniones de críticos profesionales, ya que estos métodos están sujetos a factores externos como la publicidad, la distribución comercial y las tendencias del momento, y no permiten medir el impacto de una película a través del tiempo.

En su lugar, los expertos en informática que llevaron a cabo esta investigación analizaron los registros de IMDb, una de las más grandes bases de datos en línea dedicadas al cine. Los autores del trabajo interpretaron las 47.266 películas descritas en esa fuente a modo de nodos de una red y atribuyeron un puntaje de influencia según la cantidad de conexiones que posee cada uno de ellos. Un método similar fue empleado anteriormente para evaluar el impacto de publicaciones científicas.

De esta forma los investigadores obtuvieron la siguiente lista:
  1. El mago de Oz (1939)
  2. La guerra de las galaxias (1977)
  3. Psicosis (1960)
  4. King Kong (1933)
  5. 2001: Odisea del espacio (1968)
  6. Metrópolis (1927)
  7. El ciudadano (1941)
  8. El nacimiento de una nación (1915)
  9. Frankenstein (1931)
  10. Blancanieves y los siete enanos (1937)
  11. Casablanca (1942)
  12. Drácula (1931)
  13. El padrino (1972)
  14. Tiburón (1975)
  15. Nosferatu (1922)
  16. Más corazón que odio / Centauros del desierto (1956)
  17. Cabiria (1914)
  18. Dr. Insólito / ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964)
  19. Lo que el viento se llevó (1939)
  20. El acorazado Potemkin (1925)
Así, los autores del estudio concluyen que la veintena de las películas más influyentes se compone de cintas producidas antes de la década de 1980 y principalmente en Estados Unidos. Dado que IMDb está marcadamente orientado hacia el cine de los países occidentales, los resultados del estudio solamente pueden aplicarse para las películas producidas en esa región.

Fuente: RT Actualidad

31 de enero de 2019

Las grandes urbes del mundo apuestan por la peatonalización

Las ciudades ponen en marcha, con resultados desiguales, proyectos de movilidad alternativa.


La peatonalización de la Gran Vía, la gran apuesta de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha despertado un debate alimentado por la decisión del Ayuntamiento de "testar" este nuevo modelo en fechas tan delicadas como las navideñas. De momento, Ahora Madrid, la fuerza cercana a Podemos que gobierna la capital, ha reducido los carriles en el centro de la calzada. La iniciativa pretende dar más espacio al peatón. Se trata de un paso intermedio hacia el cierre definitivo de la vía más emblemática de Madrid, de aquí a 2019.

El asunto, tal y como lo propone la alcaldesa, trasciende la dimensión local. La misma Carmena enmarcó su política en el fenómeno global "imparable" que lleva a las urbes a restringir el uso de los vehículos particulares en sus zonas centrales. Un axioma que obliga a preguntar: ¿es cierto que en otras grandes urbes se han llevado a cabo proyectos parecidos? Y, ¿cómo han sido acogidos por los ciudadanos? Estos son los casos más importantes de peatonalizaciones en grandes ciudades del mundo y los debates que han despertado.

El corazón peatonal de Nueva York

Dos de los tramos más bulliciosos de Broadway, la gran arteria de Manhattan, se peatonalizaron en 2010 como una prueba piloto que debía durar menos de un año, pero que se ha mantenido hasta ahora. El alcalde de Nueva York de entonces, Michael Bloomberg, quería crear en los famosos puntos de Times Square y Herald Square (unas calles más debajo de la primera) pequeñas plazas peatonales y recreo con mesas y sillas, donde cualquiera pudiera sentarse libremente.

La medida se llevó a cabo sin obras, instalando vallas y pintando la zonas peatonales de un color distinto. Como los automóviles podían seguir circulando por la Sexta y la Séptima avenida, el tráfico no se colapsó en el centro de Manhattan (o más bien, no se colapsó más de que lo que es habitual), pero sí se redujo lógicamente el número de atropello e incidentes. El Ayuntamiento decidió convertir el experimento en algo permanente, en su momento hubo protestas de los taxistas, pero la peatonalización en sí de esa zona ha dejado de ser debate.

Berlín y la nueva Unter den Linden

En Berlín, una de las grandes promesas del tripartito de izquierdas que rige la ciudad desde el jueves 8 de diciembre es restringir al máximo el tráfico en Unter den Linden, una de las avenidas más representativas de la capital alemana. Además de viandantes y ciclistas, a partir de 2019 solo circularán autobuses, taxis y coches diplomáticos. En esa fecha está previsto el fin de las obras que ahora llenan la calle y la apertura en Unter den Linden del Humboldt Forum, el gran proyecto cultural de la ciudad.

El artículo completo en: El País (España)

29 de enero de 2019

El café podría ser la siguiente víctima del calentamiento global

El proceso de secado de los granos de café en Etiopía. Más de la mitad de las especies está en riesgo de desaparecer de su hábitat natural debido al cambio climático y la deforestación. 

Aaron Davis, un botánico del Reino Unido, se ha dedicado treinta años a caminar por bosques y granjas para registrar el destino de una planta: el café.

Davis ha registrado cómo el calentamiento del planeta está haciendo más difícil el cultivo del café en regiones donde tradicionalmente se produce la planta, entre ellas Etiopía, el lugar de origen del grano más popular del mundo: arábica. Davis ha mapeado los lugares para el cultivo del café en el futuro: en esencia, tierra adentro, donde hace más frío. Ha ido en busca de variedades extrañas en zonas silvestres.

Actualmente, en la que tal vez sea su búsqueda más descorazonadora, Davis ha encontrado que el café silvestre, las decenas de variedades que se daban debajo de las copas de los árboles en al menos tres continentes, está en riesgo de desaparecer para siempre. Entre las 124 especies de café que hay en el mundo, Davis y su equipo de científicos han llegado a la conclusión de que el 60 por ciento está en peligro de extinción en su hábitat natural. El cambio climático y la deforestación son los culpables.

Tiene importancia porque esas variedades silvestres podrían ser cruciales para la supervivencia del café en la era del calentamiento global. En esas plantas podrían estar los genes que necesitan los científicos para desarrollar nuevas variedades que puedan crecer en un planeta más caliente y más seco.

Davis aseguró que a final de cuentas esas plantas silvestres de café son vitales para los millones de agricultores que viven del grano, sin mencionar a las muchas más personas que dependen de la cafeína para comenzar sus días (Davis se limita a “una taza de café muy bueno” al día).

“Hay una amplia gama de rasgos que tienen un buen potencial para enfrentar problemas específicos en el futuro, ya sea tolerancia a la sequía o resistencia a las enfermedades”, comentó Davis durante una llamada telefónica que respondió desde el Real Jardín Botánico ubicado en el suburbio londinense de Kew, donde es investigador sénior. “Si perdemos esas plantas de café, disminuyen nuestras opciones”.

Davis y sus coautores publicaron sus hallazgos el 16 de enero en dos artículos, en Science Advances y Global Change Biology.

De las 124 especies silvestres que se conocen, la mayoría no se cultiva ni se consume. Dos excepciones son la arábica, la cual se ha cultivado durante cientos de años en África oriental, y la robusta, la cual pasó de su estado silvestre a ser uno de los productos básicos más importantes en los últimos cien años. Los agricultores de café ya enfrentan una presión cada vez mayor por parte de las sequías, las enfermedades y los caprichos de los precios de los productos básicos. Para atacar esos riesgos, se requiere acceso a la riqueza genética de las variedades silvestres.

Lea el artículo completo en; NYT en español
 

15 de enero de 2019

Islandia sabe cómo acabar con las drogas entre adolescentes, pero el resto del mundo no escucha

En los últimos 20 años, Islandia ha reducido radicalmente el consumo de tabaco, drogas y bebidas alcohólicas entre los jóvenes. ¿Cómo lo ha conseguido y por qué otros países no siguen su ejemplo?


Falta poco para las tres de una soleada tarde de viernes, y el parque Laugardalur, cerca del centro de Reikiavik, se encuentra prácticamente desierto. Pasa algún que otro adulto empujando un carrito de bebé, pero si los jardines están rodeados de bloques de pisos y casas unifamiliares, y los críos ya han salido del colegio, ¿dónde están los niños?

En mi paseo me acompañan Gudberg Jónsson, un psicólogo islandés, y Harvey Milkman, catedrático de Psicología estadounidense que da clases en la Universidad de Reikiavik durante una parte del curso. Hace 20 años, cuenta Gudberg, los adolescentes islandeses eran de los más bebedores de Europa. “El viernes por la noche no podías caminar por las calles del centro de Reikiavik porque no te sentías seguro”, añade Milkman. “Había una multitud de adolescentes emborrachándose a la vista de todos”.

Nos acercamos a un gran edificio. “Y aquí tenemos la pista de patinaje cubierta”, dice Gudberg.

Hace un par de minutos hemos pasado por dos salas dedicadas al bádminton y al pimpón. En el parque hay también una pista de atletismo, una piscina con calefacción geotérmica y, por fin, un grupo de niños a la vista jugando con entusiasmo al fútbol en un campo artificial.

En este momento no hay jóvenes pasando la tarde en el parque, explica Gudberg, porque se encuentran en las instalaciones asistiendo a clases extraescolares o en clubs de música, danza o arte. También puede ser que hayan salido con sus padres.

Actualmente, Islandia ocupa el primer puesto de la clasificación europea en cuanto a adolescentes con un estilo de vida saludable. El porcentaje de chicos de entre 15 y 16 años que habían cogido una borrachera el mes anterior se desplomó del 42% en 1998 al 5% en 2016. El porcentaje de los que habían consumido cannabis alguna vez ha pasado del 17 al 7%, y el de fumadores diarios de cigarrillos ha caído del 23% a tan solo el 3%.

El país ha conseguido cambiar la tendencia por una vía al mismo tiempo radical y empírica, pero se ha basado en gran medida en lo que se podría denominar “sentido común forzoso”. “Es el estudio más extraordinariamente intenso y profundo sobre el estrés en la vida de los adolescentes que he visto nunca”, elogia Milkman. “Estoy muy impresionado de lo bien que funciona”.

Si se adoptase en otros países, sostiene, el modelo islandés podría ser beneficioso para el bienestar psicológico y físico general de millones de jóvenes, por no hablar de las arcas de los organismos sanitarios o de la sociedad en su conjunto. Un argumento nada desdeñable.

“Estuve en el ojo del huracán de la revolución de las drogas”, cuenta Milkman mientras tomamos un té en su apartamento de Reikiavik. A principios de la década de 1970, cuando trabajaba como residente en el Hospital Psiquiátrico Bellevue de Nueva York, “el LSD ya estaba de moda, y mucha gente fumaba marihuana. Había un gran interés en por qué la gente tomaba determinadas drogas”.

La tesis doctoral de Milkman concluía que las personas elegían la heroína o las anfetaminas dependiendo de cómo quisiesen lidiar con el estrés. Los consumidores de heroína preferían insensibilizarse, mientras que los que tomaban anfetaminas preferían enfrentarse a él activamente. Cuando su trabajo se publicó, Milkman entró a formar parte de un grupo de investigadores reclutados por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos para que respondiesen a preguntas como por qué empieza la gente a consumir drogas, por qué sigue haciéndolo, cuándo alcanza el umbral del abuso, cuándo deja de consumirlas y cuándo recae.

“Cualquier chaval de la facultad podría responder a la pregunta de por qué se empieza, y es que las drogas son fáciles de conseguir y a los jóvenes les gusta el riesgo. También está el aislamiento, y quizá algo de depresión”, señala. “Pero, ¿por qué siguen consumiendo? Así que pasé a la pregunta sobre el umbral del abuso y se hizo la luz. Entonces viví mi propia versión del “¡eureka!”. Los chicos podían estar al borde de la adicción incluso antes de tomar la droga, porque la adicción estaba en la manera en que se enfrentaban a sus problemas”.

Lea el artículo completo en: El País (España)


Las preferencias sexuales de las moscas indican que tienen cultura

Un estudio con moscas de la fruta muestra que las jóvenes deciden qué machos son más atractivos viendo con quién copulan las mayores y esos hábitos se mantienen durante generaciones.

Hace siglo y medio, Charles Darwin expulsó a la humanidad del centro de la creación y aseguró que nuestro linaje se hundía en la profundidad del tiempo y entroncaba con el origen de la vida. En el pasado, a más o menos distancia, compartíamos ancestros con todos los seres de la Tierra, desde la reina de Inglaterra a una babosa repugnante. Esa idea fue recibida con indignación y sigue resultando humillante para muchos que continúan agarrándose a cualquier resquicio que permita elevarse sobre el resto de animales.

Uno de esos resquicios es la cultura, nuestra capacidad para recibir lo que han aprendido nuestros antecesores sobre el mundo, aportar nuestra propia experiencia y transmitirlo a la siguiente generación. Aunque la capacidad colectiva para construir bombas atómicas o sinfonías como la de Wagner sean motivos suficientes para considerar especial a nuestra especie, muchos herederos de Darwin sugieren que incluso la cultura es algo compartido con el resto de animales.

Desde hace tiempo, se han observado comportamientos que podrían considerarse parte de una cultura en animales como los monos o los delfines. En Brasil, por ejemplo, se han encontrado monos silbadores que llevan más de siete siglos utilizando piedras como herramienta para abrir anacardos y transmitiendo la técnica de viejos a jóvenes. Entre las orcas, un ejemplo de la diversidad cultural en animales de la misma especie se encuentra cerca del estrecho de Gibraltar, donde conviven dos grupos con hábitos muy diferentes. Uno de ellos caza atunes sin prestar atención a los humanos que faenan en esas aguas mientras el otro los sigue para robar los atunes que atrapan los pescadores de palangre.

Este tipo de comportamientos no se reduce a animales con inteligencias reconocidas por nosotros, los primates más abundantes del planeta. Esta semana, un equipo de homínidos de la Universidad de Toulouse III y el CNRS, en Francia, ha mostrado que las moscas también pueden tener algo parecido a una cultura. Quienes han estudiado con detenimiento a las moscas de la fruta (Drosophila melanogaster) saben que pueden copiar las preferencias sexuales de sus prójimos viéndoles copular. Sin embargo, definir ese comportamiento como cultural con criterios científicos es complicado.

Para decidir si es posible, los autores, que publican sus resultados en la revista Science, fijaron cinco criterios que se debían cumplir para considerar cultural el comportamiento de las moscas. Tenía que aprenderse de forma social, observando a sus congéneres, los jóvenes debían copiar a los mayores y se tenía que memorizar a largo plazo. Además, el rasgo decisivo tenía que ser una característica general, como el color, y no una característica exclusiva del propio individuo y, por último, los individuos tenían que adquirir el comportamiento más común entre su grupo.

Las moscas cumplieron todos los requisitos. Las jóvenes, cuando veían a las mayores copular con machos rosados adquirían una preferencia por el sexo con los individuos de ese color y rechazaban a los verdes. Si el experimento se realizaba invirtiendo el color de los machos con los que aprendían a copular las moscas, la preferencia posterior cambiaba. Y cuanto más consenso hubiese por un determinado color, más radical era la inclinación por ese color en las observadoras.

Aunque pueda parecer un rasgo caprichoso, según explica Etienne Danchin, investigador del CNRS y coautor del trabajo, al cabo de un tiempo, “el color de un macho, que no está vinculado con su adaptación al entorno, se convierte en una característica que hace que tenga más probabilidades de pasar sus genes a la siguiente generación”. Al ver la preferencia de las moscas mayores, las jóvenes aprenden que los individuos de un color determinado tendrán más posibilidades de copular y reproducirse. Una madre siempre quiere lo mejor para su cría y para tener un hijo verde lo mejor es tener sexo con una mosca verde.

Lea el artículo completo en: El País (España)



26 de diciembre de 2018

Elizabeth Blackburn: “La pobreza acorta los telómeros”

La Nobel de Medicina investiga la conexión entre la longevidad, las enfermedades y las estructuras que protegen los cromosomas.


Hay almejas que viven más de 500 años y tiburones antárticos que sobrepasan los 400. En cuanto a los humanos, la persona más longeva conocida fue la francesa Jeanne Calment, que vivió 122, aunque técnicamente se desconoce si hay algún límite de edad para los humanos. Si se le pregunta a la científica Elizabeth Blackburn (Australia, 1948) responderá que puede haber pistas en los telómeros, unas fundas protectoras de los cromosomas que se suelen comparar a las que hay en la punta de los cordones para impedir que se deshilachen.

La longitud de los telómeros está relacionada con el número de veces que una célula se podrá dividir para tener hijas. Hay un mecanismo natural por el que una enzima llamada telomerasa reconstruye los telómeros que se han acortado demasiado. Blackburn ganó el Nobel de Medicina en 2009 por codescubrir estas estructuras y la proteína que los protege. Desde entonces, estudios con humanos han demostrado una conexión entre los telómeros cortos y enfermedades crónicas y también con otras agresiones como el estrés; por ejemplo, hay madres que se tienen que hacer cargo de hijos enfermos y tienen telómeros más cortos que las de hijos sanos.

Blackburn también es famosa por haber llevado la contraria al expresidente de EE UU George Bush. En 2004 no fue renovada como miembro del consejo de asesores en bioética, según ella por oponerse a la postura del presidente a la investigación con células madre, de la que ella fue acérrima defensora.
En 2017 vivió otro pequeño terremoto ajeno a la ciencia cuando tres científicas del prestigioso Instituto Salk de California (EE UU), del que era presidenta, denunciaron a la institución por el acoso que sentían por parte de algunos hombres. Poco después la científica anunció su dimisión del cargo, que se hizo efectiva el verano pasado.

De visita en Madrid para participar en una gala de mujeres y ciencia organizada por el CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) y por la iniciativa Constantes y Vitales, la bióloga molecular habla de telómeros y aborda la cuestión del acoso.

Pregunta. ¿Qué se ha demostrado científicamente  sobre la relación entre los telómeros, la salud y la longevidad?

Respuesta. Hemos demostrado que cuando los telómeros se desgastan y acortan aumenta la probabilidad de sufrir alguna de las enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento. Sabemos también que la velocidad con la que se degradan varía mucho de persona a persona, por lo que intentamos estudiar desde un punto de vista estadístico cuáles son los factores que les afectan. Es interesante porque aunque los genes juegan un papel, son los factores externos y los hábitos de vida los que hacen más contribución. Básicamente reduces esos impactos haciendo caso de lo que te decían tus padres: duerme bien, come bien, ten una buena actitud, no fumes, no bebas demasiado, come una dieta mediterránea y haz ejercicio. El estrés crónico debido a situaciones sociales como una situación económica mala, la pobreza, acorta los telómeros. Tenemos que empezar a pensar en nuevas políticas sociales en términos de cuánto afectan a los telómeros. Si miras a un nivel de poblaciones generales ves efectos cuantificables y los políticos que toman las decisiones podrían cambiar mucho de esos factores.

P. Usted creó una empresa que mide la longitud de los telómeros. ¿Aconseja a la población general que lo hagan?

R. No, no lo necesitan. Como individuos esta información no tiene tanto valor. Por ejemplo, recordemos el caso del tabaco. ¿De dónde venía la información que demostró que era malo para la salud? De estudios de población que demostraban que los fumadores tenían más cáncer de pulmón. Sabemos que fumar es una mala idea desde el punto de vista social y también individual, pero no porque tengamos una biopsia de pulmón para saberlo.


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