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23 de septiembre de 2018

¿Es posible el teletransporte de personas?

Para hacerlo con un objeto, habría que desintegrarlo totalmente, llevar sus átomos a otro lugar y recomponerlo en su destino.

Tripulación de la nave estelar 'Enterprise', de la serie de televisión 'Star Trek', en el teletrasportador que utilizaban en la ficción.

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) no recoge las palabras teletransporte y teletransportar. Aunque encontramos una definición de ellas en la Wikipedia, donde se dice que teletransportar es transportar un objeto de un lugar a otro sin que exista un medio físico que haga ese transporte. Si yo estoy aquí (en Córdoba) y de repente aparezco de manera instantánea en Madrid, eso sería teletransporte.

Con los conocimientos científicos que tenemos en la actualidad, el teletransporte de objetos no es posible. Pero en ciencia nunca se puede decir que algo es imposible. En el siglo XIX nadie pensaba que se podría tener un hijo a partir de la fecundación de un óvulo y un espermatozoide en un laboratorio. Así que es probable que en algún momento se puedan teletransportar personas aunque estoy segura de que yo no lo veré.

A veces leemos que ya se ha conseguido el teletransporte. Pero a lo que se refieren esas noticias es a un teletransporte cuántico, algo muy diferente del teletransporte de personas por el que preguntas. En ese caso se trata de partículas en estado cuántico que pueden viajar como si fueran ondas electromagnéticas a otro lugar, pero se trata de fotones y partículas elementales. Si hablamos de objetos, o de personas, la enorme diferencia es que no solo están formadas por partículas sino también por las interacciones entre dichas partículas.

Para poder teletransportar un objeto inanimado habría que desintegrar totalmente ese objeto; es decir, romper sus átomos, sus moléculas, etc… y todo ello se movería, llegaría a otro lugar y se volvería a recomponer en su destino. Es seguro que cuando se haga realidad el teletransporte se comenzará con objetos inanimados porque si hablamos de seres vivos, la complejidad es todavía mayor. La cuestión es que los seres vivos, sobre todo las personas, no solo estamos formados por átomos, etc…, nosotros tenemos un cerebro y en el cerebro existen una serie de conexiones: recuerdos, pensamientos o sentimientos. Es decir, tenemos una actividad bastante diferente de una piedra o una taza. Por lo tanto, deshacer un organismo vivo y que la recomposición de ese individuo dé lugar a ese mismo ser con sus mismas conexiones cerebrales me parece muy complicado.

El artículo completo en: El País (España)

17 de octubre de 2017

Si me teletransporto desde marte hasta la tierra, ¿qué pasa con mi yo original?

Estoy varado en Marte. Los depósitos de combustible de mi nave de retorno se han roto y no hay equipo de rescate que pueda llegar hasta mí antes de que me quede sin comida (y, a diferencia de Matt Damon, no tengo patatas). Por suerte, mi nave cuenta con un teletransportador. Es un gadget bastante avanzado, pero la idea de base es de lo más simple: la máquina escanea mi cuerpo y produce una copia cianográfica increíblemente detallada, una foto definida de cada célula y neurona. El archivo de esa copia se transmite a la Tierra, donde se construye un nuevo yo utilizando materiales disponibles en el punto de destino. Todo lo que tengo que hacer es entrar en la máquina, cerrar los ojos, y apretar el botón rojo...

Pero hay una complicación: existe un conmutador que me permite elegir si quiero mantener mi viejo yo en Marte, o si prefiero que se destruya después de teletransportarme de vuelta a casa. Es una decisión que me hace dudar.

Por un lado, parece que lo que me hace ser yo es la forma particular en la que encajan todos mis componentes. No creo que exista algo así como el alma, simplemente soy el resultado de la actividad entre mis 100.000 neuronas y sus 100 billones de conexiones distintivas. Y, más aún, esa actividad es la que es, independientemente del grupo de neuronas en el que se genere. Si sustituyéramos esas neuronas una por una, pero mantuviéramos las conexiones y la actividad, yo seguiría siendo yo. Así que debería dar igual que las sustituyéramos todas de una vez mientras los patrones distintivos se mantuvieran. Esto hace que quiera apretar el botón para volver cuanto antes con mis seres amados, así como a la abundancia de alimentos, agua y oxígeno de la Tierra, lo cual me permitiría continuar reparando y sustituyendo las células de mi cuerpo de forma más lenta, a la antigua.

Así que, si coloco el conmutador en la posición Destruir, debería sobrevivir al transporte sin problemas. ¿Qué se perdería? Nada fundamental en la construcción de mi yo, de mi propia conciencia de mí mismo. Debería subirme a la máquina, apretar el botón y luego salir por el recibidor en la tierra.

Por otro lado, ¿qué pasa si pongo el conmutador en la posición Guardar? Entonces, ¿dónde estaría yo? ¿Volvería a la Tierra y acabaría sintiéndome mal por el pobre tipo que se ha quedado en Marte (mi viejo yo), que se enfrentaría a una muerte lenta por inanición? ¿Sentiría mi viejo yo envidia del nuevo yo en la Tierra, viéndolo disfrutar de la compañía de amigos y familia?

El artículo completo en: El Mundo Ciencia

10 de septiembre de 2014

Científicos han encontrado una nueva forma de teleportar datos



El grupo de físicos de Instituto Kavli de Nanociencia de la Universidad de Tecnología de Delft (Países Bajos) informaron que han sido capaces de transferir la información entre dos bits cuánticos separados por tres metros. 

La teleportación cuántica, explica Rusia Today, consiste en la transferencia de la llamada información cuántica –en este caso lo que se conoce como el espín de un electrón- de un lugar a otro sin mover la materia física a la que está fijada la información. Los bits clásicos, las unidades básicas de información en el cálculo, pueden tener solo uno de dos valores: 0 o 1. Pero los bits cuánticos, o qubits, pueden contar a la vez con muchos valores. Ofrecen la posibilidad de crear una nueva generación de sistemas de computación más rápidos y la capacidad de crear redes de comunicación completamente seguras. 

Para completar la posibilidad de crear un Internet cuántico, la investigación ofrece la posibilidad de crear redes de ordenadores cuánticos. A día de hoy los ordenadores cuánticos, que podrían resolver ciertas clases de problemas mucho más rápido que los ordenadores más potentes usados ahora, son un objetivo que parece muy distante. 

Tomado de:

Radio Rebelde

3 de febrero de 2013

Increible: Dan a conocer formula matemática que permitiría el teletransporte


teletransporte

Los científicos de la Universidad de Cambridge ha dado con lo que podría ser el mayor avance en los últimos años hacia la posibilidad del teletransporte. Los físicos han desarrollado unos protocolos matemáticos que permitirían una mayor eficiencia a través de la física cuántica.

El artículo publicado no significa que el hombre vaya a “aparecer” en otro punto del planeta gracias a la tecnología. Tal y como explican, el avance al que han llegado a través de los cálculos matemáticos indica que en el mundo cuántico, esa posibilidad es posible. Es decir, que el estudio podría conducir al desarrollo de la computación cuántica y con ella, a la posibilidad de enviar información a grandes velocidades inimaginables en la actualidad.

Si a día de hoy se ha demostrado a través del entrelazamiento cuántico que las conexiones entre las partículas son un actor principal para la posibilidad del teletransporte, el avance al que se ha llegado estos días significa un paso enorme. Una fórmula o modelo matemático que ofrece una solución para aumentar la eficiencia de esas conexiones.

La ley cuántica del entrelazamiento supone que dos objetos o partículas cuánticas están fuertemente unidas aunque no estén juntas, esta conexión haría que los qubits (sistema cuántico con dos estados propios) pudiera ser enviada de un espacio a otro punto.

Además del modelo matemático desarrollado para mejorar la eficiencia de las conexiones, los físicos hablan de una técnica generalizada de teletransporte. Según Sergii Strelchuk, uno de los investigadores de la Universifdad de Cambridge:

Junto al avance matemático hemos encontrado una técnica de teletransportación generalizada con la que esperamos encontrar aplicaciones en áreas como la computación y física cuántica.

Dicho esto, los científicos aclaran que la investigación es actualmente pura teoría, los protocolos son una mejora sobre los métodos anteriores para el uso del entrelazamiento:

El entrelazamiento ahora puede ser algo así como el combustible para el teletransporte. Nuestro protocolo es el “combustible” más eficiente, tanto, que es capaz de utilizar el entrelazamiento mientras que elimina las correcciones ante posibles errores.

Los científicos creen que este avance podría acelerar la construcción de un ordenador cuántico indescriptible hasta la fecha, una posibilidad de ofrecería un equipo con capacidad de realizar cálculos imposibles para un ordenador actual.

Tomado de:

Radio Santa Fè 

9 de marzo de 2007

Un fenómeno cuántico abre la vía a las redes de teleportación

MÓNICA G. SALOMONE - Madrid - 07/03/2007

El mundo cuántico es misterioso y nada intuitivo, y suele sorprender a quienes investigan en él. Es lo que les ha pasado a tres investigadores en redes cuánticas, dos de ellos en España y otro, Ignacio Cirac, del Instituto Max Planck para Óptica Cuántica, en Garching (Alemania).

Construir redes cuánticas es muy complejo y aún no existen físicamente, ni siquiera de forma experimental, pero los investigadores aseguran que serán la base de la comunicación cuántica del futuro. Así que han empezado a trabajar con ellas en modelos de ordenador. Y han descubierto un inesperado fenómeno nuevo y que constituye una buena noticia: "En el mundo cuántico es posible establecer conexiones perfectas a grandes distancias a partir de conexiones imperfectas", afirman los investigadores. Su trabajo se ha publicado en la versión digital de Nature Physics.

La telecomunicación cuántica se basa en el fenómeno del entrelazamiento entre partículas, por ejemplo entre fotones. El entrelazamiento permite que una partícula permanezca en cierto modo unida o, técnicamente, correlacionada a otra, a pesar de encontrarse lejos de ella; de esta forma, cuando se produce un cambio en una de las partículas también se produce en la otra. Así, las propiedades de una partícula se teleportan de modo instantáneo a la otra. En una red cuántica, los nodos de la red compartirían parejas de partículas relacionadas. "Por desgracia, establecer correlaciones perfectas incluso a distancias cortas es un desafío formidable. En los experimentos sólo podemos hacer correlaciones imperfectas", afirman Antonio Acín, español, y su colega polaco Maciej Lewenstein, ambos profesores ICREA en el Instituto de Ciencias Fotónicas, en Barcelona.

Pero los investigadores observaron que en las redes cuánticas simuladas aparecía un fenómeno muy habitual en el mundo macroscópico llamado percolación. En el mundo a escalas humanas, el cotidiano, la percolación es responsable de que, por ejemplo, un incendio acabe propagándose a pesar de que sus focos están lejos entre sí. Por encima de un cierto grado de conexión entre los focos, aunque esta conexión sea pobre, el fuego acabará propagándose y será difícil de parar.

Los investigadores observaron que en las redes cuánticas pasa igual: aunque las correlaciones sean imperfectas, una vez superado un nivel mínimo de imperfección la correlación perfecta a larga distancia es posible.

Lo que más les sorprendió fue el darse cuenta no sólo de que había percolación cuántica, sino de que ésta podía ser mucho más eficaz que la clásica; es decir, podía tolerar un grado de imperfecciones mucho mayor que la percolación del macromundo. De hecho, el trabajo que ahora se publica muestra con qué protocolos de red es posible mejorar la capacidad de percolación de la red.

¿Cómo se consigue esto? La clave, explican los autores, es el concepto de que en comunicación cuántica las partículas se comportan también como ondas, y en las ondas se producen interferencias que pueden ser destructivas -que impiden la comunicación- o constructivas. El truco está en hacer la red de forma que las interferencias sean constructivas.

Nadie hasta ahora había observado el fenómeno de la percolación cuántica porque las investigaciones se habían centrado en las conexiones lineales, el equivalente a una conexión punto a punto, no en redes. "Éste es el primer trabajo que muestra lo que ocurre con las redes. Estamos abriendo una nueva vía en la que seguro que hay muchas cosas por descubrir", dice Acín.

El hallazgo tiene consecuencias prácticas: "Si en una red cuántica se establecen conexiones imperfectas en distancias cortas, es probable que se pueda, con la ayuda de métodos clásicos de comunicación como teléfonos o conexiones normales entre ordenadores, establecer correlaciones cuánticas perfectas en distancias largas", afirman los autores. Las conexiones normales, como el teléfono, servirían para hacer el protocolo que mejora la percolación de la red cuántica.

El año que viene ya hay planeado un primer experimento con redes cuánticas en Viena, a través del proyecto europeo SECOQC, en el que se intentará crear una red cuántica con los nodos situados a pocos kilómetros de distancia.

Fuente:

El País - Sociedad

Científicos logran teletransportación a lo “Star Trek’’

Consiguen la primera teletransportación cuántica

La teletransportación es posible
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