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21 de mayo de 2018

José Antonio Marina: «La adolescencia es una etapa privilegiada: el cerebro se rediseña por completo»

A la edad de trece años se produce una segunda oportunidad de aprendizaje que hay que aprovechar, asegura el filósofo.

La adolescencia puede ser una etapa turbulenta, de crisis inevitable, de irresponsabilidad y conductas de riesgo. O no. Para el filósofo y pedagogo José Antonio Marina, esta mala prensa de los jóvenes está agravando el fenómeno en lugar de resolverlo. De hecho estos modelos sociales, advierte Marina, se convierten en profecías autocumplidas por el mero hecho de decirlas. «Si repetimos muchas veces que los adolescentes son ineducables y difíciles de tratar, conseguiremos que lo sean», augura. Su última obra «El talento de los adolescentes», editada por Ariel, viene a unirse a un movimiento incipiente en países anglosajones liderado por psicólogos especializados en esta franja de edad que aboga por cambiar paradigma:«Porque no se adecua a la realidad y porque toma como representación la adolescencia de un 15 por ciento que si son muy conflictivos», advierte. Solo hay que mirar, propone, las encuestas españolas, que nos dicen que más del 80% de individuos en esta franja de edad no tienen ningún tipo de crisis. Es más, describe, «lo pasan bien, se llevan bien con su familia y únicamente tienen la pelea por ampliar los límites normal que se presenta a lo largo de la historia pero que entra dentro de la dinámica clásica de la búsqueda de la independencia inherente a la adolescencia. Diría de hecho que entra dentro de sus obligaciones evolutivas».

—¿En que se basa esta nueva corriente para desmontar los mitos que hay entorno al adolescente?
—Esta nueva corriente aboga por tomar la adolescencia como una nueva segunda oportunidad. Para ello se basa en los últimos descubrimientos de la neurociencia, que hablan de que hacia los 13 años se realiza un nuevo y completo rediseño del cerebro. Es una segunda oportunidad de aprendizaje que tenemos que aprovechar para explicar a los adolescentes que tienen que sacarse el carnet de conducir de su nuevo producto, que es el momento de decidir sobre su personalidad. 

—¿Cómo se toman esta nueva teoría los jóvenes?
—Cuando se lo explicas bien les produce una gran euforia educativa: les damos la razón de que tienen que tomar las riendas de su vida pero tienen que aprender a conducir. Les interesa mucho cuando les hablas de su cerebro. 

—Sin embargo, usted advierte en su libro de que muchos adolescentes piensan a esa edad que ya no pueden cambiar. —Sí, a esa edad ya han forjado la creencia de que «como soy así ya no puedo cambiar», pero precisamente es el momento en el que pueden cambiar y tienen que hacerlo. Y que pueden aprender a pensar mejor, aprender a sentir mejor, aprender a tomar mejor las decisiones y ser más autónomos y por lo tanto a desarrollar su personalidad. Es el momento de la personalidad. 

—¿Cómo pueden ayudar unos padres que también piensan que esta época es difícil?
—Los padres tienen tres grandes recursos: el cariño, la exigencia (tienen que poner limites) y la comunicación, todo ello adaptado a esta edad. No digo que esto último no sea complicado: Necesitan la conexión emocional pero al mismo tiempo la rechazan. Pero una conversación no es somerterle a un interrogatorio. La conexión emocional se hace en primer lugar intentando entender al adolescente y tomando en serio sus intereses y preocupaciones, aunque a los adultos les parezcan absurdas. Son las de ellos. También tenemos que trasladar las nuestras. 

—¿Dónde cometen los padres el mayor error?
—El problema está en que estamos infantilizando la adolescencia. Así lo afirman la mayor parte de los expertos de este momento. Como tenemos miedo a su irresponsabilidad no les damos responsabilidades y a los niños hay que dárselas. La adolescencia no es una etapa biológica, esa es la pubertad. La adolescencia es una creación cultural estrictamente educativa que sirve para permitir que los niños no entren en el mercado de trabajo y tengan un periodo de aprendizaje más amplio. Pero es un periodo que debe ser más riguroso ya que debe servir de adquisición de responsabilidades, de autonomía... que es lo que pide esa edad. No podemos olvidarlo con el pretexto de que son niños peligrosos. Pueden y deben tomar muchas decisiones. 

El artículo completo en:

ABC (España)

20 de mayo de 2018

Detenido un directivo de Porsche en Alemania por el escándalo de las emisiones

La prensa alemana señala a Jörg Kerner, exresponsable de motores de Porsche, que trabajaba en Audi cuando estalló el escándalo.

 Un directivo de Porsche, el emblemático fabricante de coches deportivos y filial de Volkswagen, ha sido detenido en Alemania a raíz de unos registros en dicha empresa por el escándalo por el trucaje de motores diésel para falsear emisiones que azotó a Volkswagen en 2015, conocido como Dieselgate, según ha indicado este viernes a France Presse un portavoz del fabricante de automóviles. El consejero delegado de Porsche informó a los empleados de que la fiscalía de Stuttgart había decretado "detención preventiva para un directivo", ha añadido dicho portavoz.  Según los diarios alemanes Bild y Wirtschaftwoche, se trata de Jörg Kerner, exresponsable de motores de Porsche, que trabajaba en Audi cuando estalló el escándalo.

Los citados diarios aseguran que Kerner fue arrestado ayer a petición de la Fiscalía de Stuttgart y se encuentra en prisión preventiva por riesgo de fuga. El organismo judicial alemán cree que jugó un papel "clave" en el caso del software instalado en vehículos diésel que alteraba las emisiones de óxidos de nitrógeno cuando detectaba que estaba siendo objeto de pruebas de laboratorio.

La Fiscalía ya ordenó hace dos días el registro de diez instalaciones de Porsche en las regiones de Baden-Wurtemberg y Baviera, en el sur de Alemania, y considera que estarían implicados un miembro del consejo de administración y un alto directivo de la firma automovilística, además de un exempleado de la empresa. En el registro de la empresa participaron 33 fiscales de Stuttgart y Múnich y 160 agentes de la policía.

La Fiscalía de Stuttgart investiga una supuesta publicidad fraudulenta sobre las emisiones de los automóviles diésel de Porsche. Además, también han sido inspeccionadas las oficinas de Audi en Ingolstadt y Neckarsulm. El año pasado, la sede de la firma de los cuatro aros ya fue investigada por la Fiscalía de Múnich en busca de información acerca del uso del software que alteraba las emisiones de los vehículos durante los exámenes en laboratorio.

Después de que estallara el escándalo de las manipulaciones ilegales de gases tóxicos en septiembre de 2015 y que afectó a la reputación de Volkswagen en el mundo —además de pasarle una factura multimillonaria por compensaciones en EE UU— la fiscalía alemana había realizado registros las oficinas de Volkswagen, Audi, BMW, Daimler y Porsche.

Fuente:

El País (España)

La genial idea de dos niños para ahorrar millones de litros de agua

Los ingenieros de Ford que oyeron hablar de esta idea se quedaron tan sorprendidos que ofrecieron instalar un dispositivo a tamaño real en uno de sus coches.

Es una idea que, un día, podría ayudar a ahorrar miles de millones de litros de agua. En vez de simplemente apartar las gotas de lluvia con los limpiaparabrisas de los coches, ¿por qué no recogerlas y reutilizarlas en el propio vehículo? Daniel y Lara Krohn son dos hermanos que estaban viajando en un automóvil con su familia el pasado verano cuando empezó a llover. Pero cuando su padre, Gerd, que iba conduciendo, intentó limpiar las manchas, el depósito del agua estaba vacío y el parabrisas no hizo más que ensuciarse los cristales.

La idea de los dos niños de capturar las gotas de lluvia para reutilizarla ganó el primer premio en una competición científica local y ha sido desarrollada ahora para un coche de pruebas de tamaño real. «Fue un auténtico chaparrón. Había agua por todas partes, menos en el depósito del limpiaparabrisas. Mi hermana y yo pensamos que esto era muy divertido y, de repente, la respuesta nos pareció obvia: reutilizar el agua de lluvia», cuenta Daniel, de 11 años, que vive en Jülich, Alemania.

«No podíamos creer que nadie hubiese pensado en ello antes», añade Lara, de 9 años. «Para probarlo, desmontamos nuestro camión de bomberos de juguete, le pusimos la bomba a un coche de juguete y lo probamos dentro de un acuario. Después añadimos un sistema de filtrado para asegurarnos de que el agua estuviese limpia. Funcionó muy bien».


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ABC (España)

El reciclaje, la gran asignatura pendiente de Hong Kong

La ex colonia británica no tiene capacidad para dar salida a las toneladas de desperdicios que acumula tras la prohibición de China de importar ciertos residuos a su territorio.

Parece impensable que en una de las urbes más modernas del mundo, el ciudadano de a pie encuentre multitud de trabas a la hora de hacer algo tan común en sociedades desarrolladas como reciclar. En Hong Kong, una metrópoli con más de siete millones de habitantes, hay muy pocos puntos de reciclaje y, además, son minúsculos. Cuatro recipientes de colores -azul para el papel, naranja para el plástico, amarillo para las latas y plateado para el orgánico-, son el único refugio para la ingente cantidad de envases o latas que cada familia genera en un día. Peor aún lo tienen el vidrio, las pilas y baterías o los aceites, cuyo procesamiento apenas tiene cabida en un lugar en el que los cubos de desperdicios en cada casa son un poema de materiales entremezclados. Por si fuera poco, a esta insostenible situación hay que sumarle en este 2018 un nuevo reto: la prohibición por parte de China de importar a su territorio ciertos materiales para reciclar, principal salida de la ex colonia británica para deshacerse hasta ahora de lo poco que llegaba a estos contenedores multicolor.
Hasta el año pasado, Hong Kong exportaba más del 90 por ciento de sus desechos reciclables a China, además de servir como puente para reexportar al territorio chino continental los residuos que otras naciones enviaban hasta la ciudad de los rascacielos. Sin embargo, esto cambió a finales de 2017 cuando los efectos de la prohibición de Pekín, -que ya no permite importar 24 tipos de residuos sólidos bajo la premisa de proteger su medio ambiente- comenzaron a hacer mella en esta región administrativa especial. Desde entonces, las autoridades de la ciudad se han visto sobrepasadas y en los muelles se han acumulado montañas de periódicos, cartón y otros desechos de oficinas. Otros materiales como el plástico han corrido peor suerte y han acabado en los vertederos de la ciudad, echando por tierra el buen hacer de algunos hongkoneses.

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